“Comenzamos junto a mi papá y mi hermano en el 2014 como importadores. Junto a mi hermano estuvimos en Australia durante un tiempo y vimos un producto que era furor en ese país, una pasta seca instantánea, buena, barata, creímos que era ideal para traer a Uruguay. Cuando comenzamos a averiguar fuimos a una reunión con una cadena de supermercados y nos rechazaron, no por el producto sino por la zafra, comenzaba el verano y no veían ese producto para el momento entonces nos recomendaron buscar productos que sean para el momento incluso nos comentaron una oportunidad sobre las cervezas. Entonces así comenzamos a desarrollar un proveedor de China para traer cerveza de ese país, antes de terminar el año desde el comienzo del trabajo ya habíamos tenido el visto bueno y recibido el primer envío. En el 2016 sumamos otra marca importada y ese mismo año nos animamos a producir nuestra propia cerveza artesanal. Desde que arrancamos venimos creciendo a dos dígitos anualmente. En 2019 el mercado general de la cerveza no creció, pero dentro de todo el sector las cervezas artesanales crecieron y las importadas también, el que cayó fue el de las cervezas industriales de producción nacional. Lo que sucede con la artesanal es muy interesante porque tiene muchas similitudes del negocio del vino, todas las buenas prácticas del vino se tratan de replicar en las cervezas artesanales. Hoy tenemos presencia en casi todas las cadenas de supermercados y eso representa el gran volumen del negocio, hace años que desarrollamos el e-commerce principalmente para fiestas, casamientos, eventos, etc., pero hoy representa entre el 8% y 12% de la venta total dependiendo del momento del año. En este último tiempo el consumidor fue cambiando un poco. Nosotros importamos botellas y latas. Creció mucho el segmento de las latas y se transformó también ya que no hay casi más de 330 cm3, ahora todas las que se venden son de medio litro, ese producto arrasó con todo”.
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