La industria de videojuegos de Uruguay, un sector tecnológico en plena expansión que genera entre 15 y 20 millones de dólares al año, ha dado un paso estratégico para diversificar sus mercados de exportación. La firma de un Memorando de Entendimiento entre la Cámara Uruguaya de Desarrolladores de Videojuegos (CAVI) y la Asociación Creativa de Uzbekistán abre una puerta de entrada a mercados de Asia Central y, de manera notable, a la esfera de influencia de Rusia.
La elección de Uzbekistán como socio es una decisión calculada, basada en sus conexiones geopolíticas y comerciales. "Ellos están muy bien ubicados y para nosotros es muy bueno este contacto. Por proximidad cultural tienen vínculo con Rusia y por geografía tienen contacto con Europa del Este. Este acuerdo es una puerta de entrada a esos mercados", explicó Gerson Da Silva, presidente de la CAVI y director de diseño en el estudio Ironhide.
Para materializar la cooperación y validar las sinergias entre ambos ecosistemas creativos, se lanzará una experiencia piloto. Un estudio uruguayo, Totem Games, colaborará con un par uzbeko en el desarrollo de un prototipo de juego casual centrado en el uso eficiente de la energía. Este primer proyecto no solo busca generar un producto viable, sino también establecer un modelo de trabajo conjunto que pueda ser replicado en futuras alianzas comerciales de mayor envergadura. Se piensa que, incluso, este acuerdo pueda extenderse a otros ámbitos de la industria audiovisual uruguaya, ya que si bien la Asociación Creativa de Uzbekistán se enfoca en videojuegos trabaja también con efectos visuales para el mundo audiovisual.
El potencial de esta alianza va más allá de un único proyecto. La visión a largo plazo es utilizar esta conexión como un puente hacia otros gigantes asiáticos, donde la industria uzbeka ya tiene terreno ganado.
"Por cómo se fueron generando las industrias, ellos tienen mucho trabajo en colaboración con India, Tailandia y Vietnam. Para nosotros son tres mercados completamente desconocidos y creemos que este acuerdo con Uzbekistán pueda llevarnos a ellos", señaló Da Silva, subrayando el valor estratégico de la iniciativa para el crecimiento sostenido del sector.
El origen de este memorándum firmado entre las dos instituciones está en un primer contacto que realizó la Asociación uzbeka con numerosas empresas y asociaciones de América Latina. De las que respondieron, la Uruguaya fue la que más avanzó y, de hecho, la única con la que se ha firmado un acuerdo hasta el momento.
La firma, apoyada por la agencia de promoción Uruguay XXI, no es solo un gesto de cooperación cultural, sino un paso calculado para diversificar los destinos de exportación, reducir la dependencia de los mercados tradicionales y reforzar el posicionamiento de Uruguay como un exportador de servicios creativos confiable y con visión global. Dentro de esto, el tan codiciado y complejo mercado asiático parecería tener una nueva puerta de acceso gracias a esta iniciativa.
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