ESG comprende: “environmental”, referente al efecto que la actividad de las empresas tiene en el medioambiente, de forma directa o indirecta; “social”, correspondiente al impacto que una empresa tiene en su comunidad; y “governance”, que refiere al gobierno corporativo de la empresa, es decir, el consejo de administración, las políticas de transparencia en su información pública e incluso sus códigos de conducta.
El hecho de que la creación de valor en base al ESG comience a ser parte importante de los planes estratégicos de estas empresas, demuestra que están adoptando una mentalidad mucho más proactiva en cuanto a dichas temáticas.
Por otro lado, este cambio de dirección de las empresas surge debido a que los líderes de estas compañías han detectado oportunidades comerciales en cuestiones ESG. Cada vez son más quienes identifican oportunidades de creación de valor que surgen de alinear sus negocios con la sostenibilidad. Las compañías de capital privado están utilizando los criterios ESG no solo para evaluar riesgos e identificar oportunidades de creación de valor, sino también para gestionar sus carteras de inversión.
Las principales inversiones que están manejando estas empresas en materia de ESG son, entre otras, las inversiones en economía circular, inversiones en la tecnología aplicada al cambio climático, adhesión al compromiso mundial Net Zero 2030, e inversión en informes de sostenibilidad.
La tendencia al alza del interés en la inversión con impacto en ESG es un tema central, aspecto que se ha materializado cuando las compañías han descifrado que, ante la fragilidad de nuestro entorno natural y social, el inversor valora aquellas actividades cuyo impacto ambiental y social es positivo.
Fabián Pérez,
Noelia López ,
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