Al aplicar el marco contable, los estados financieros deben ser elaborados bajo la hipótesis de que la compañía es una empresa en marcha y que, por tanto, continuará sus operaciones en el futuro, en un período que será de al menos un año, salvo que se pretenda liquidar o cesar sus actividades o no haya otra alternativa más realista.
La utilización de esta hipótesis requiere que la gerencia haga una evaluación. Para ello, se debe considerar la información prospectiva (por ejemplo, flujos de efectivo futuros, proyección de resultados), los calendarios de pagos de las deudas, las fuentes potenciales de sustitución de la financiación existente y el conjunto de medidas que la compañía está dispuesta a tomar basada en su estrategia para mantenerse en funcionamiento.
Si a partir de la evaluación la gerencia concluye que ya no es apropiado aplicar la hipótesis de empresa en marcha, lo debe revelar en sus estados financieros y modificar las bases de valuación de activos y pasivos. Si, por el contrario, concluye que existe una incertidumbre material que pudiera generar dudas de la capacidad de la compañía para continuar como empresa en marcha, entonces no modificará las bases de valuación y revelará esta situación a los usuarios de los estados financieros.
Por:
Paola Tettamanti, senior manager de Auditoría de PwC Uruguay.
Enrique Arias, senior manager de Auditoría de PwC Uruguay.
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