La tarjeta de débito es alternativa al efectivo, aunque aún no ha logrado un posicionamiento destacado, explicado por la pasividad de los emisores y la reticencia de los comercios. Según el informe, las redes de cajeros automáticos que operan en el país presentan un aumento constante en los últimos años. En el semestre, a través de los 505 cajeros automáticos y los 586 dispensadores de efectivo existentes (a razón de 1 cada 3 mil habitantes), se realizaron casi 34,5 millones de operaciones por un monto total de US$ 14.772 millones de dólares. Se observa un moderado aumento de la cantidad de operaciones (6% aproximadamente) y un importante ascenso (40%) del monto medido en dólares. La mayor parte de la operativa de cajeros corresponde a retiros en efectivo (84% de las operaciones y 37% del monto). Por mes se realizaron, en promedio, 276 mil operaciones de compra, por un monto promedio mensual de US$ 20 millones. Cada operación promedió US$ 71.
Uno de cada dos uruguayos tiene tarjeta de débito. Hay un cajero cada tres mil habitantes
El total de tarjetas de débito emitidas por las instituciones financieras supera el millón y medio pero su principal uso no es el pago de compras sino el retiro de efectivo. Y si bien es una herramienta cuyo uso viene creciendo, aún tiene mucha tela para cortar. Según el último informe sobre el sistema de pagos realizado por el Banco Central del Uruguay, que recoge información al primer semestre del año, circula en todo el país un 5% más de tarjetas de débito que en el periodo anterior (julio-diciembre 2011). Por mes, se realizaron 5,7 millones de transacciones a través de los ATM (cajeros automáticos) por un monto mensual promedio de US$ 2.462 millones.
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