Hacia mediados de 2020, más precisamente en el mes de julio, Viñedos de los Vientos –una bodega fundada en 1997– pasó a llamarse Bodega Pablo Fallabrino. Su propietario, uno de los personajes clave de la era moderna del vino uruguayo, conectaba aún más con sus raíces italianas, con el Piamonte, y así naturalmente con la elaboración de sus vinos, que nacen del cultivo de variedades típicas de Italia, como Nebbiolo, Barbera, Dolcetto y Arneis, entre otras.
Fallabrino es, como bien lo describió el periodista y escritor especializado en vinos Patricio Tapia, uno de los enólogos más libres de Uruguay, un revolucionario, un innovador, un productor de vinos “que hace lo que su intuición le dice y se mantiene al margen de modas, diseñando lo que él prefiere antes que lo que le mercado le pide”.
Desde este lugar de creación, Fallabrino –destacado en el último Uruguay 2023 Special Report de Tim Atkin como “Enólogo del año”– se aventuró a elaborar una nueva etiqueta con la uva tinta Nebbiolo: Sagitta, un gran reserva 2020 que “tenía en la cabeza desde hace muchos años, porque es una cepa típica del Piamonte que reivindica a mis ancestros y porque el Nebbiolo es todo un desafío”.
Según el enólogo, este varietal puede brindar entre seis o siete racimos por planta –muy poco comparado a lo que brindan otras uvas como el Tannat, que dan más del doble de racimos por planta–, “lo que hace que explorar una elaboración con esta uva sea algo arriesgado, pero fascinante a su vez”.
En promedio por hectárea el Nebbiolo puede dar unos 8.000 kilos, “pero la vendimia de 2020 fue tan extraordinaria que ese viñedo dio más de 10.000 kilos y eso me empujó a hacer este reserva”. Según el enólogo, Sagitta tiene una una partida limitada de 1.200 botellas que, cuando estén a la venta al público, rondará los $ 1.200.
Cabe señalar que esta etiqueta Fallabrino ya la mostró internacionalmente, obteniendo en la Guía Descorchados –que escribe Tapia– 94 puntos y siendo calificado como “Vino Revelación 2023”.
“La particularidad que tiene este vino –dijo Fallabrino a InfoNegocios– es que es absolutamente de prensa. Es decir, una vez hecha la cosecha, la fermentación y la maceración, luego de sacar el mosto flor por gravedad, se prensa todo el orujo impregnado y esto es lo que únicamente se utiliza para elaborar el vino, que pasó después a estar dos años de crianza en barricas francesas”.
Como en todos sus vinos –Bodega Pablo Fallabrino cuenta con 13 etiquetas–, lo principal está en la uva y la estructura, “que en el caso del Nebbiolo tiene una carga de taninos muy importante, pero es un tanino fino, seco, agradable… polvoroso me gusta decirle… absolutamente floral, muy aromático”.
La pasión con la que habla Fallabrino de sus vinos es como una brisa intensa pero refrescante, como la que tiene el enólogo a su alrededor en Atlántida, donde recorre sus 12 hectáreas de viñas imaginando su próximo vino. Mientras tanto, arroja al aire una flecha como la que él mismo dibujo –hace más de 15 años– y que ahora vuela en la etiqueta de Sagitta.
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