¿Es fácil o complicado tener un negocio que se dedique a la importación en Uruguay? Le hicimos esta pregunta a Eduardo Salomón, director de Tornometal, empresa que hace más de 40 años se dedica a la compra de mercadería de gran porte provenientes desde el exterior.
“Es un país muy favorable para el importador, porque funciona todo muy bien y está todo muy aceitado. En los últimos años se ha informatizado todo, lo que hace que los despachos se hagan de forma inmediata”, contestó. Eso sí, puntualizó que hace falta tener el dinero necesario para pagar todos los impuestos que se exigen a nivel local.
Para Tornometal, una firma que se dedica a la venta de maquinaria, bienes que ya de por sí manejan precios elevados, todo costo extra que se vaya agregando, hacen mucho más abultado el total que debe pagar el consumidor final.
Precisamente, uno de los costos que, a entender de Salomón, podrían minimizarse son los portuarios. “En los últimos años se han aumentado los costos de importar, no solo por los recargos fijados por el gobierno, sino por los costos de los operadores portuarios, de los depósitos, a los cuales estamos atados”, indicó.
La mercadería no puede pasar del barco directamente a la empresa, requiere de cierto proceso, por lo que necesariamente debe quedar alojada en un depósito en el puerto. “Eso incrementa mucho los costos, fácilmente puede hacerlo en un 5%, lo cual es mucho para mercadería como la que vendemos nosotros”, dijo el director de Tornometal.
De acuerdo a Salomón, la Administración Nacional de Puertos (ANP) debería regular los costos, para no dejarlos librados a los operadores, quienes cada vez incrementan más los recargos por utilizar los depósitos. “La Cámara de Comercio es la que tendría que hablar con las autoridades para que controlen y regulen los costos de los servicios que prestan esos operadores”, finalizó.
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