Viendo esta situación, la empresa comenzó a expandirse y a sus instalaciones ubicadas en Colonia, Punta del Este, La Barra, La Pedrera y Montevideo, sumó primero uno en Cartagena de Indias y luego otro en San Andrés (Colombia) con una capacidad de 200 camas entre ambos. En dos meses abrirá el décimo en Asunción (Paraguay) con unas 70 camas.
Ignacio reconoce que la situación ideal para este negocio es que sea un destino turístico atractivo y que el país reciba a los inversores con los “brazos abiertos”. “Nos dimos cuenta de que el mercado dejó de ser atractivo en cuanto a la rentabilidad y decidimos irnos a lugares casi vírgenes en este rubro donde los hostels que ya existían eran más bien de tipo artesanal”, dice. El Viajero es una cadena que apunta a la calidad y el servicio profesional, buscando que la experiencia del pasajero sea excelente desde que llega hasta que se va. “Hacemos hincapié en las actividades compartidas, que van desde hacer un asado hasta salir en bicicleta; en la higiene y en las instalaciones como habitaciones con baño en suite, aire acondicionado, televisores LCD en áreas comunes, menú típico uruguayo, alquiler de bicicletas, etc. La diferencia entre un hostel y un hotel de 2 o 3 estrellas (con el que compite perfectamente) es ‘el ambiente’ que se genera, donde una persona que viaja sola puede unirse a un grupo de otras 10 y compartir una comida u otra actividad” añade. ¿Te hospedas en hostales cuando viajas?
Tener un hostel no es rentable pero exportarlo sí: El Viajero abre su décimo eslabón en Asunción
Los hostales, a priori vistos como un buen negocio, ya no seducen a los inversores porque han perdido su rentabilidad. Al menos así lo ve Ignacio Lussich, propietario de El Viajero Hostels la cadena que decidió estratégicamente pisar el acelerador en el exterior. En Uruguay, “los costos son enormes, el dólar está pinchado y la inseguridad va en aumento” argumenta. La ocupación de El Viajero bajó a la mitad en esta temporada. Cuando empezaron, en 2005, había tres hostales, hoy son unos 30. “Los precios en Uruguay son muy caros para los turistas y para los inversores. Nosotros en algunos lugares compramos hoteles y los arrreglamos para convertirlos en hostels y en otros, como en Uruguay, alquilamos casas porque son precios muy elevados”.
Tu opinión enriquece este artículo: