Aquellos trabajadores menores de 40 años que en 1996 fueron obligados a afiliarse a alguna AFAP, además del BPS, por su nivel salarial, hoy en día tienen entre 51 y 59 años, comenzaron a sacar las cuentas de cuánto recibirán en un futuro cercano como jubilación y se percataron de algo no andaba bien. El sistema mixto les implica una menor pasividad, lo que puede ir desde un 2,3% hasta un 32,3% menos de jubilación respecto a trabajadores con idénticas carreras laborales.
Para tener una idea, InfoNegocios accedió a un caso real de una persona de 56 años que hoy en día tiene un cargo de gerencia en una empresa y gana unos $ 120.000 al mes. Si no se le da la chance de cambiarse de régimen, su jubilación pasaría a ser, a los 65 años de $ 45.000. Con el problema solucionado, este trabajador pasaría a tener una jubilación de entre $ 47.800 y $ 83.800.
El BPS calcula que entre 22.860 y 41.163 trabajadores podrían salirse de las AFAPs si se habilita la opción. De acuerdo a datos de El País, este hecho haría que las AFAP tuvieran que transferir al BPS entre US$ 895 millones y US$ 1.140 millones correspondientes a los aportes de los trabajadores. Sin embargo, el Estado debería asumir la diferencia entre el monto a pagar por las jubilaciones de esos trabajadores y la pasividad que se debería pagar por el régimen de transición.
Así, la solución para los “cincuentones” tendría un costo anual de entre US$ 121 millones y US$ 186 millones. Es decir, a largo plazo, la cifra podría ascender a US$ 2.600 millones, según dijo el presidente de República AFAP, Luis Costa, a dicho diario.
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