Si bien la economía registra niveles de actividad económica superiores a los observados antes de la pandemia, el salario real todavía se encuentra en niveles inferiores a los registrados en 2019. Este deterioro, que también alcanza a las jubilaciones y pensiones, contribuye a explicar la desmejora en el bienestar de la mayor parte de la población y el aumento de la pobreza, que pasó desde 8,8% en 2019 a 9,9% en 2022.
Así comienza el último informe de “Ingresos” presentado por el Instituto de Investigación y Formación Cuesta Duarte (ICD), que señala que en 2022 se registraron 100.000 personas más que en 2019 con salarios sumergidos. Para este informe, se considera ingreso laboral (o salario) sumergido aquel inferior a $ 25.000 líquidos al mes por una semana laboral de 40 horas de trabajo.
Según el estudio, “unos 549.000 ocupados percibieron ingresos por su trabajo por debajo de los 25.000 pesos líquidos al mes por 40 horas de trabajo semanal, representando un 33% del total de ocupados”. En 2019, la cantidad de personas que ganaban menos de ese monto era de 452.000 personas. “Por su parte, el incremento en la cantidad de asalariados con salarios sumergidos fue de 55.000, pasando de 267.000 en 2019 a 322.000 en 2022”, añade el documento de ICD.
En la síntesis del informe, señala que los salarios sumergidos afectan en mayor medida a los jóvenes, a los residentes en el interior del país y a las mujeres. Además, se presentan con mayor intensidad entre los trabajadores privados y entre quienes no cotizan a la seguridad social.
“Los sectores de actividad más afectados -remarca el ICD- son el servicio doméstico (49%), rural (47%), comercio (44%) y restoranes y hoteles (44%)”.
En el caso de las mujeres, entre las ocupadas un 35% no alcanzan los $ 25.000 líquidos al mes, un guarismo mayor al 32% correspondiente a los hombres. En el caso de los jóvenes, entre los menores de 25 años la proporción que percibe una remuneración inferior a $ 25.000 líquidos al mes es de 56% y, entre ellos 12% del total no llega a los $ 15.000. En el caso de los trabajadores del interior, según el ICD “unos 212.000 asalariados ganan por debajo de 25.000 pesos líquidos al mes” y 47.000 de ellos “ni siquiera llegan a 15.000 pesos”.
En el caso de Montevideo, las personas por debajo de los $ 25.000 son 109.000.
Los salarios sumergidos también se presentan con mayor intensidad entre los trabajadores privados, “que concentran una proporción significativamente más alta de salarios sumergidos en relación a los del sector público”. De hecho, los privados tienen 34% de “veinticincomilpesistas”, mientras que en los públicos el porcentaje es de 6%.
El informe del ICD también analizó el tema en función de la cotización de los trabajadores en la seguridad social, donde la ausencia de registro tiene “una fuerte vinculación con la precariedad laboral y los ingresos sumergidos”.
En datos, esto se traduce que de 72.000 asalariados informales en 2022 -de un total de 110.000- perciben “remuneraciones líquidas inferiores a 25.000 pesos al mes”, mientras que entre “los asalariados con registro en la seguridad social la proporción con salarios sumergidos es sensiblemente más baja”, ya que son 24%.
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