Además, con la penetración de los juegos electrónicos en el público infantil, la firma argentina viene buscando la forma de llegar al público pre adolescente de once o doce años con una variedad de juegos que los incluyen. Por ejemplo, la línea Juliana, que trae una valija para hacerse tatuajes, colores y diseños en el pelo y uñas, “se vende muy bien”, según contaron de la empresa. “Los niños están muy tecnológicos y buscamos que los adolescentes dejen un poco el teléfono y se enganchen con juegos”, dicen.
Entre los juguetes más pedidos sigue estando el clásico juego de memoria Simon, que ahora viene en diferentes tamaños y el cubo mágico, que nunca pasó de moda. En cambio, la mayoría de los artículos que se venden están sujetos a los cambios de las modas, la publicidad y la televisión lo que hace que un juguete sea furor durante unos meses pero pasado un tiempo ya nadie se acuerde de él. Los Paw Patrol, por ejemplo, fueron furor en meses pasados y ya no lo son. Giro Didáctico también tiene libros infantiles pero no son su rubro más fuerte.
Aunque agosto es un mes de zafra para todas las jugueterías, los regalos que se compran no son ni de la calidad ni del volumen que sí son en Navidad y Reyes. “Para el día del niño no se invierte tanto como en la zafra de diciembre”, explicitan “y se venden cosas más chicas”.
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