No conseguían buen hielo para el whisky y crearon la primera fábrica gourmet de Uruguay

(Por Mathías Buela) La fábrica está emplazada en el predio del complejo Arenas de Carrasco y además de hielo gourmet produce esculturas hechas con el congelado elemento para eventos.

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Tres socios, un familiar inversor y una idea que, como tantas, vino en la valija después de un viaje por Europa junto a la sensación de que en este lado del mundo no había un buen hielo para tomar whisky. En 2021 Ezequiel Delpino, Fabrizio Brasesco y Fernando Nuñez crearon Ice Haus, la primera fábrica de hielo cristalino de Uruguay. Pero ¿qué es exactamente y cuál es la oportunidad de negocio que vieron? Fuimos a conversar con Ezequiel para meternos en ese mundo helado. 

En su carta de presentación expresan que el primer objetivo fue alcanzar la transparencia e inocuidad del producto, para luego avanzar en la exploración de formas y tamaños, “donde aprendimos que el límite es la imaginación”. Transparencia e inocuidad ¿para qué? “La pureza del agua es fundamental para el hielo y eso influye en las bebidas con las que se toma. Nuestro hielo, por otro lado, tiene más densidad, un buen tratamiento de agua con filtro de cuatro etapas y no le quedan burbujas adentro, tiene dilución lenta, enfría más y no altera el sabor. Es un proceso físico, no químico, no le agregamos nada pero es el agua más pura que se puede llegar a conseguir. Partimos de agua de OSE que llegó a tener una concentración de 1300 particulas por millon (PPM) y la llevamos a entre 3 y 5 PPM; para que te hagas una idea, el agua mineral estándar tiene 140 particulas por millon. Logramos un agua super pura”, explica Ezequiel.

Si bien es algo nuevo para Uruguay, Delpino aclara que es un producto que en otros mercados funciona desde hace tiempo y que lo comenzaron a producir con la intención de aplicarlo en alta gastronomía y coctelería. Sin embargo, importar la maquinaria desde el exterior era demasiado costoso para sus posibilidades así que apeló a los conocimientos que tenía de ingeniería aeronáutica y se lanzó a fabricar la primera máquina, con 7000 dólares en materiales. “Estas máquinas fueron inventadas para hacer bloques de hielo de 140 kilos y hoy tenemos dos, con los que fabricamos 16 bloques por mes”, explica. “Después de sacarlo de las máquinas lo pasamos por una sierra de carnicería, lo cortamos en placas, luego en barras y luego en cubos, rocas o collins. También tenemos dos productos más con forma de esfera y diamantes”. 

Al día de hoy Ice Haus maneja dos verticales de negocio. La primera es la venta de piezas por unidad, en bolsas de 24 unidades, a bares, restaurantes y barras de eventos que ofrezcan tragos de autor y quieran elevar la experiencia de consumo. “Aún no es un producto masivo, así que hacemos fuerza para educar a nuestro público con clases de hielo en escuelas de bartenders y bares que quieren llevar la gastronomía a otro nivel y que incluyan el costo del hielo en el valor final del trago. Al mismo tiempo estamos en proceso para llevar los productos al mundo del retail, en supermercados y estaciones de servicio. Queremos que llegue a ser un producto de góndola”.

La segunda vertical es más llamativa aún: la creación de esculturas de hielo para eventos. “Los bloques de 140 kilos se pueden unir para hacer figuras más grandes. Si bien al comienzo la idea no era hacer eso más allá de usarlo como un recurso de promoción, nos dimos cuenta de que hay que ampliar el abanico y las esculturas nos ayudan a tener más visibilidad. Es un modelo de  negocio rentable porque para nosotros cortar un bloque en cubos chiquitos o hacer una escultura nos da el mismo trabajo”, cuenta el Director de la empresa y apunta que están en búsqueda de un escultor profesional que se haga cargo de esa pata del negocio. Mientras, desarrollan letras de hielo para marcas, cubos sellados, botellas gigantes o cisternas de hielo para poner productos dentro. Por las características de la producción, las figuras pueden aguantar hasta 48 horas a la intemperie antes de derretirse. 

¿Y los costos? Acá van: las piezas para tragos van desde 23 pesos más IVA por unidad en el caso de los cubos chicos hasta los 52 pesos más IVA por unidad en el caso de las esferas grandes. En lo que toca a las esculturas, un bloque cuesta 13.250 pesos sin el trabajo de mano de obra que, dependiendo de la obra, comienza en 2000 pesos y puede subir hasta donde permita la imaginación del cliente. Ezequiel aclara que lo más común es que les encarguen piezas de entre 15.000 y 20.000 pesos entre hielo y mano de obra. 

Ice Haus tiene su fábrica en el Complejo Arenas de Carrasco, en la zona de Paso Carrasco y están convencidos de que el hielo cristalino es un trending que llegó para quedarse en el mundo de la coctelería, por lo que aspiran a aumentar la producción hasta lograr que cualquier persona pueda tener en su casa un producto que le permita mejorar la experiencia al momento de consumir un cocktail.

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