Quizá el lector, al momento de pasar por una farmacia, haya prestado atención a algunas estructuras que trabajan detrás del mostrador con mucha velocidad y precisión. Y es que la tecnología se pone al servicio de cualquier negocio que pueda pagarla, y el rubro farmacia no es la excepción.
Smart Biofarma es una empresa recién nacida, salió al mercado en mayo de este año para mostrar su equipamiento y propuestas. Sin embargo cuenta con una gran espalda, ya que representa en Uruguay a la firma española Tecnyfarma, empresa con más de 40 años de experiencia dedicada a equipamiento integral y reforma de farmacias.
Desde mobiliario tradicional hasta cajoneras y equipamiento automatizado y robotizado. “Estamos trabajando con un equipo de químicos farmacéuticos, diseñadores y arquitectos que proponen la reforma 360 de la farmacia: desde la puerta de entrada hasta la última pared”, dice a InfoNegocios Fernando Antúnez, Director de Smart Biofarma. La empresa ofrece una serie de equipos automatizados según la necesidad de cada caso, que logran optimizar espacios de almacenamiento, mejorar la seguridad, la gestión del medicamento y optimizar el espacio comercial para ofrecer mejores experiencias a los clientes.
También para el sector hospitalario aporta equipamientos que colaboran en la gestión de medicamentos, optimizar tiempos de atención, de espacio y de tiempos internos, control de vencimientos, alarmas para evitar quiebre de stock y más.
Con respecto a cómo está el mercado uruguayo en el sector, Antúnez comenta que “aceptar el cambio lleva su tiempo, aunque la aceptación es muy buena. Los proyectos llevan su tiempo. Pasan por un proceso de conversación, saber las necesidades, conocer las aéreas más fuertes de cada farmacia, conocer cuáles se desean fortalecer. Sobre eso se empieza a trabajar en un proyecto que puede llevar entre dos semanas y dos meses, dependiendo del trabajo que sea necesario”.
Si alguien quiere reformar una farmacia tradicional transformándola por completo “no es una inversión muy grande”. Depende del local comercial y de la estructura edilicia. “Se trabaja desde el piso, iluminación, vidrieras y mobiliario. Uno de los caminos que trabajamos es reutilizar mobiliario que pueda ser viable, readaptándolo. Una farmacia chica puede tener una inversión de entre US$ 8.000 y US$ 20.000 para una adaptación global”.
Los sistemas de automatización y robótica permiten lograr un almacenamiento compacto, señalizar con luz led cada medicamento que pide el usuario, dispensar el medicamento y llevarlo hasta la caja o realizar tareas de almacenaje.
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