Los alumnos reciben clases como en cualquier bachillerato, aunque con foco en áreas en las que hay gran oferta de empleo. El departamento laboral evalúa cuándo es el momento indicado para que cada alumno comience sus prácticas profesionales. Algunos las empiezan en abril de 5to año, otros agosto de 5to año o en abril de 6to.
Para Ánima es fundamental entender el ritmo de cada alumno y saber cuándo está preparado para insertarse al mercado laboral. Son los propios jóvenes que, según sus intereses, se postulan a distintas empresas que trabajan con Ánima, con la expectativa de ser seleccionados.
La última palabra la tiene la empresa formadora, que elige a sus futuros pasantes luego de entrevistarlos.
Este martes, en el hotel Hilton Garden Inn, el centro educativo presentó algunos resultados que se obtuvieron en los cuatro años de vida que lleva Ánima. El 96 % de los tutores, que son quienes se encargan de recibir y monitorear a los estudiantes dentro de las empresas, están satisfechos con la experiencia de ser tutor. El 96% recomendaría a su aprendiz para un empleo y el 94 % reconoce que, mediante este sistema, la empresa ganó en aprendizajes.
Pese a que algunos luchan con exámenes pendientes, el 86% de los alumnos que hicieron prácticas formativas gracias a Ánima son bachilleres y están cursando estudios terciarios. Además, más de la mitad de los egresados hoy trabajan en las empresas en las que hicieron sus prácticas.
“Creemos que la mejor forma de aprender es haciendo. En el primer año se enseñan habilidades blandas, y también técnicas, y luego tienen la oportunidad de trabajar en empresas de su interés. Allí aplican lo que aprendieron, acceden a círculos sociales que de otra manera a lo mejor no hubieran podido, comparten con compañeros que tienen estudios universitarios y se contagian de ganar de seguir estudiando, obtienen un sueldo y quedan asociados a un sistema de seguridad social”, dijo Felipe Migues, coordinador del área laboral de Ánima, a InfoNegocios.
Los alumnos no son los únicos beneficiados. Las empresas también tienen la posibilidad de invertir en talentos y, muchas veces, terminan conservando al empleado que les acercó Ánima. “También el equipo de trabajo se entusiasma y ordena el conocimiento para transmitírselo al joven. Es un aporte para todos, más aún en un país donde hay un gran desempleo juvenil”, comentó Migues.
Ánima cuenta con 154 alumnos y son 51 las empresas que se sumaron a esta modalidad. Los estudiantes de Ánima pueden formar parte de empresas como BBVA, Itaú, Montevideo Shopping, Deloitte, Pwc, HSBC, Anda, GeneXus y Jetmar, entre varias otras.
Durante el evento de este martes, las autoridades de Ánima anunciaron que el bachillerato fue seleccionado por el Banco Mundial para ser parte del portafolio de impacto del programa Solutions For Youth Employment 2019. Este programa tiene como objetivo desarrollar soluciones innovadoras para el empleo juvenil, a través de la investigación práctica, basada en la evidencia y el compromiso activo de los interesados tanto a nivel público como privado.
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