La sequía que está experimentando el territorio uruguayo no es noticia y muchos son los productores rurales de distintos rubros que están haciendo malabares para salvar sus productos, mantener sanos a sus animales y, en definitiva, subsistir. Sin embargo, una parte del sector vitivinícola se ha visto beneficiado por las circunstancias. InfoNegocios conversó con Santiago Deicas, de Bodega Familia Deicas, quien nos explicó a qué se debe este fenómeno y qué se puede esperar de la vendimia que ya está en marcha.
“Históricamente, en épocas de sequía, a los que hacemos vinos nos va bien porque se concentra la calidad en menos cantidad. A su vez, la seca mantiene la uva muy sana. Cuando llueve mucho se compromete la sanidad y nos obliga a cosechar antes de lo que queremos. Hay muchos más desafíos a nivel operativo cuando llueve”.
Sin embargo, la sequía que experimenta el país no es sólo de esta época (algo que sería normal) sino que se extiende desde la primavera, lo que modifica aún más el escenario. “Cuando la seca es tan extrema como ahora, se diferencia mucho el resultado en función de la calidad esperada de la uva. Las viñas que históricamente produjeron mucha cantidad de uva, destinada a la producción de vinos de menor calidad, de mesa, necesitan más cantidad de agua para tener un mejor desarrollo de nutrientes en las uvas. Cuando hay tanta seca, desde tan temprano, las viñas no tienen reservas de agua suficientes para poder generar un desarrollo vegetativo de hojas, entonces esas viñas que han sido exigidas durante muchos años están sufriendo mucho”. Esto se traduce en una merma tanto en la cantidad como en la calidad de las uvas cosechadas por dichos establecimientos.
Por otro lado, las viñas que históricamente se han manejado con poca cantidad de uva, donde la cosecha no es tan abundante, tienen más reservas y hoy gozan de un vigor superior, viéndose beneficiadas por la sequía en la concentración de la uva. Entonces, “las viñas que esperan uvas de calidades altas en general están dando una calidad espectacular”.
Santiago apunta que el tipo de suelo también es importante. “Las zonas más bajas y las zonas con más arcilla retienen más agua, entonces la viña ha podido mantener su vigor y se ve reflejado en una mejor calidad”.
Por lo tanto, podemos esperar que los vinos finos producidos a partir de la cosecha 2023 sean de una calidad extraordinaria. Sin embargo, Deicas advierte que “todavía estamos en el primer tercio de la vendimia. Si ahora llueve cinco semanas seguidas la calidad no va a ser tan extraordinaria, todavía estamos dependiendo de eso y, de hecho, unas pocas lluvias más nos vienen bien también”.
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