Este producto, que aún no tiene nombre asignado, se constituye de una hoja blanca a la que se le han impreso en un rincón de la superficie, diferentes colores removibles con agua, que pueden utilizarse para pintar con pincel e, incluso, con los dedos. “Pensamos que puede funcionar para el padre que va de vacaciones con sus hijos y no tiene que llevar todos los tarros de pintura, que a veces se dan vuelta o se secan”, cuenta la directora de Infantozzi, Nara Infantozzi, quien desarrolló este producto con la ayuda del formulador Marcel Mordeski.
Los colores se encontrarán en un rincón de la superficie para que cada niño pueda mojar el pincel (o en su defecto el dedo), tocar el color que quiera usar y crear su obra de arte. La pintura seca se activará solamente cuando entre en contacto con el agua y se podrá utilizar para pintar de forma sencilla y sin riesgos de manchar a sus alrededores.
Este producto, que vendrá con 6 u 8 colores incluídos, podrá conseguirse en el propio local de la marca y en otras tiendas como papelerías, jugueterías y otras grandes superficies. La empresa ya tiene la patente de dicho producto, y también estará autorizada para exportarlo y comercializarlo en diferentes países del mundo.
El proyecto contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, lo que permitió el análisis de múltiples formatos productivos y de soluciones técnicas al desafío de lograr una pintura que resistiera los diferentes niveles de esfuerzos y requerimientos al estar embebida al papel.
Desde sus comienzos, Infantozzi Materiales ha apuntado al desarrollo de la creatividad del niño, y de los vínculos familiares como pilares fundamentales del crecimiento.
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