El relevamiento trimestral expone que persiste la incertidumbre respecto a las perspectivas económicas del país para los próximos meses, si bien algunas familias perciben leves mejoras. Sin embargo, los problemas en el mercado laboral, con un nivel de empleo que se contrae, reacciones de expectativas y ante la situación regional y su impacto en el Uruguay; derivan en una actitud de prudencia.
El Monitor de Mercado de Crédito al Consumo (MMCC) de Pronto! concluye que los consumidores siguen muy cuidadosos en sus decisiones de compra y de crédito, lo que se está reflejando en baja de ventas en centros comerciales y cadenas de supermercados. Apenas 6% de los usuarios del mercado de préstamos para familias de sectores socioeconómicos medio-bajo y bajo, considera que la economía podrá mejorar en los próximos 4 meses.
Además, sostiene que el nivel de endeudamiento se ha mantenido prácticamente estable desde mediados del año pasado y la deuda promedio de cada familia casi incambiada. Con los indicadores de mercado de trabajo deteriorándose y un dólar más alto, la deuda podría contraerse todavía más y los indicadores de mora podrían aumentar. Al segmentar por género, se observa un endeudamiento mayor en los hombres que en las mujeres, pero son éstas las que están incrementando su toma de préstamos.
En lo referente a la deuda según edad, en los últimos meses, el rango de entre 18 a 29 años ha reducido su nivel de endeudamiento, coincidiendo con un deterioro en el mercado laboral que afecta principalmente a los más jóvenes. En sentido contrario, el rango entre 30 a 39 años ha aumentado.
A su vez, los más jóvenes incrementan su porcentaje de deudores, frente a los demás grupos que se mantienen estables. El rango de 55 a 85 años, después de mostrar un fuerte crecimiento en el primer semestre del año, cayó sensiblemente en la última medición.
En una economía que se enlentece y que enfrenta el desafío de un contexto regional que genera complicaciones, y con niveles de endeudamiento estables, el mercado de crédito al consumo puede seguir creciendo, pero a tasas bajas, con una insinuación de mejora de la propensión de usuarios a contraer nuevos préstamos. El pesimismo se mantiene en las familias y eso repercute en prudencia marcada. Y los usuarios muestran dificultades para el cumplimiento de obligaciones lo que se traduce en aumento de la morosidad.
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