Gabbs nació como un emprendimiento, “en un momento de muchas decisiones personales”, resaltó Diego Beinhacker, fundador de la empresa. Diego, terminó la carrera de ingeniero industrial y se fue de viaje por el sudeste asiático con amigos. “Era finales de 2016, tenía 25 años y me encontraba en ese punto en el que todo parecía posible: me interesaban la ingeniería, la física, la matemática, pero también tenía un sueño de chico que no se me iba de la cabeza: tener un restaurante, un resto pub o incluso un hotel en el Caribe”.
Durante ese viaje también decidió cambiar su alimentación y hacerse vegetariano. Al volver a Montevideo, identificó que “no había tanta oferta en Montevideo en ese entonces de ensaladas bien hechas, completas, con identidad”.
En ese contexto, comenzó el proyecto Gabbs, donde el primer local abrió en Ciudad Vieja, al lado de la Plaza Zabala. “Chiquito, pero creado y llevado con muchas ganas”, recordó.
Con tres locales, apuntó abrir su cuarto local en Carrasco, dentro de Arocena Mall. “Este paso representa la mejor versión de Gabbs hasta ahora”, aseguró.
El nuevo local mantiene la propuesta base de wraps, bowls y ensaladas nutritivas, pero suma café de especialidad, pastelería artesanal, una ventana para takeaway y un sistema de pago automatizado a través de un tótem. “Estamos desarrollando más la propuesta de cafetería y pastelería, y ampliando a una propuesta más para todo el día”, comentó.
En tanto, dijo que la elección de Carrasco fue pensada. “Uruguay es una economía de tamaño acotado, y eso hay que tenerlo en cuenta”, explicó. “Elegimos ubicaciones que combinen lo residencial y lo laboral, donde haya movimiento y una comunidad que valore lo que ofrecemos. Carrasco es un punto al que le veníamos prestando atención desde hace tiempo. Teníamos muchos clientes que nos lo pedían, y también era un deseo nuestro desde hace años. Ahora se dieron las condiciones y sentimos que es el momento indicado”, aseguró.
Desde el inicio, Gabbs apostó por un producto de calidad, con ingredientes frescos y locales. “Queremos que Gabbs sea una opción de todos los días, no una experiencia ocasional”, afirma. Por eso, no se posicionan como fine dining ni como una moda pasajera, sino como un proyecto con identidad propia. “Lo nuestro es construir algo sólido y consistente”.
En estos años, el crecimiento fue orgánico, sin apuros. “Crecimos con una lógica orgánica, sin apuros, priorizando la estabilidad y el vínculo con quienes nos eligen”. Hoy suman nuevas líneas como ventas corporativas, alianzas con empresas y beneficios como el programa de Santander. “Nos asociamos al programa de beneficios de Santander, lo que nos permite llegar a nuevos públicos y sumar valor desde lo empresarial”, indicó.
También se enfocan en escuchar a su comunidad. “Cuidamos mucho los tamaños de las porciones, la calidad de los ingredientes y la experiencia general del cliente. Hay compromiso con hacer las cosas bien, con mejorar, y creo que eso se nota”, señaló.
De cara al segundo semestre, el foco está puesto en que Carrasco funcione y genere comunidad. “Nuestro objetivo principal es seguir mejorando: tener mejores indicadores, optimizar lo operativo y económico, y ofrecer un producto cada vez mejor. Pero sin duda, lo más importante hoy es que Carrasco funcione bien, que sea un local que la gente disfrute, al que quieran volver”, finalizó.
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