En 2020 comenzaron a investigar, a probar, estudiaron sabores y texturas, buscaron recetas y entre tanto ensayo y error, una y otra vez, el matrimonio de Lucía Morán y Pedro Soba dieron con lo que estaban buscando. ¿Qué era eso? Elaborar un queso en base vegetal, sin lácteos. Así nació Macanudo, un emprendimiento de alimentos a base de castañas de cajú.
“Nos encantaba el queso, pero necesitábamos disfrutar de su sabor, como el de otros productos, de un modo más saludable. Macanudo surge, en principio, por un cambio personal que ambos hicimos del modo en que nos alimentábamos”, dijo Lucía Morán a InfoNegocios.
“Apostar por los productos naturales y orgánicos no siempre es sencillo, pero en Macanudo estamos convencidos de que la alimentación es parte fundamental de nuestra vida y en ese sentido nos esforzamos para que nuestros productos sean una opción saludable y sostenible para todos”, remarcó Pedro Soba.
Según contó el matrimonio, antes de llegar a los nueve tipos de quesos 100% vegetales que ahora tienen, todos a base de castañas de cajú que importan desde Brasil, hubo mucha búsqueda e innovación.
“Probamos con maní pero no funcionó, demasiado grasoso. Probamos con nueces y tampoco, su amargor se trasladaba al queso. Probamos con almendras, pasaba lo mismo, su dulzor quedaba impregnado. Fue recién cuando dimos con las castañas de cajú que encontramos la calidad y el sabor que buscábamos”, dijo Soba, quien antes de iniciar este emprendimiento, debido a sus estudios en lechería, trabajó en una importante empresa de lácteos.
“La primera elaboración que hicimos fue de unos 50 quesos. Ahora, mensualmente, producimos y comercializamos unas 1.000 unidades”, remarcó Morán, agregando que muchos de sus productos son adquiridos por restaurantes de Punta del Este, Colonia y Montevideo, así como también se venden en boutiques de productos naturales.
“Los precios oscilan entre $ 260 y $ 400 y los productos, generalmente, son desde los 160 gramos a los 200 gramos”, remarcó la emprendedora, formada en Economía, agregando que “actualmente con Macanudo estamos llegando a seis departamentos del país”.
Según señalaron Morán y Soba, al utilizar los mismos fermentos y hongos que se utilizan para la elaboración tradicional de quesos, pero hacerlos a base vegetal, el producto final es similar al queso fabricado con lácteo.
“No podemos denominarlos camembert o roquefort, pero sí son quesos artesanales que no excluyen a ningún consumidor, porque son libres de gluten, libres de colesterol y libres de intolerancias y alergias”, dijo Soba.
Una de las particularidades que tiene el proyecto Macanudo es su “club del no-queso”, el cual cuenta ya con cerca de 100 suscriptores que mes a mes reciben una de las dos canastas que se preparan especialmente para los miembros de esta cofradía.
“La idea es siempre armar dos canastas, una con tres tipos de quesos y otra con cinco. Siempre, en ambas canastas, uno de esos quesos que vamos a entregar es una novedad, una elaboración especial que no sale a la venta. Se hace solamente para los integrantes del club”, dijo Morán.
Entre los nueve productos –Camon-Bert, Macarella, Untable, Pimentón ahumado y tomates secos, Ajo y sésamo, Orégano, Chiflado, Colorado y El-Roque–, Soba dijo que los tres más vendidos son el Camon-Bert, el Untable y el Macarella, en ese orden.
En suma, si bien en mercados como el de Europa y Estados Unidos los quesos 100% vegetales son productos de todos los días, en Uruguay recién se está comenzando a ganar terreno –y ganar sabor– con este tipo de elaboraciones.
Macanudo, ¿no?
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