El gimnasio fue fundado en el 2016 en la calle Alejo Rossell y Rius por tres escaladores de rocas. De todas maneras, el negocio recién creció exponencialmente en setiembre del 2018 cuando ampliaron el salón y eso los llevó a tener la posibilidad de recibir a más personas. Hoy el día tienen cerca de 100 socios que pagan una mensualidad para ir a escalar y podrían recibir más.
El MBC se maneja como cualquier gimnasio y sus socios pagan una cuota mensual. Hay dos planes: el que incluye zapatillas de escalada tiene un costo de $ 1.900 y para los que ya tienen las suyas cuesta $ 1.300. Las zapatillas son costosas y deben importarlas, es por eso que se da esta diferencia.
Si alguien quiere experimentar un día de escalada solo, o acompañado de su familia o amigos, puede hacerlo pagando por el día $ 350 (si hay que proporcionarle calzado) o $ 250 (si cuenta con el calzado adecuado). Al llegar por primera vez al lugar, un profesor le enseñará al nuevo escalador la forma correcta de hacer un buen estiramiento, lo mandará a hacer ejercicios y una vez que esté escalando le corregirá sus posturas. Ya más de 2.000 personas se acercaron a MBC a experimentar esta modalidad.
El boulder lo puede practicar gente de cualquier edad, tanto es así que en el gimnasio reciben personas de entre 3 y 60 años. Inclusive a veces son visitados por escuelas. La ventaja del deporte es que tiene distintos niveles de dificultad y cada quien puede practicarlo sin importar su fuerza o su flexibilidad. La dificultad que tiene cada circuito está indicada por los colores de las presas, determinados por estándares internacionales.
“Tenemos paredes de distintos ángulos, con caídas, desplomes o mismo techos para escalar. Las presas no están colocadas en las paredes de forma aleatoria, la idea es que cada movimiento vaya acompañado de un razonamiento para que el escalador vaya descifrando problemas que se le pueden presentar si escala en altura al aire libre”, explicó Silva a InfoNegocios.
Por más que Montevideo Boulder Club casi que duplicó su cantidad de socios desde su ampliación, esperan que en el 2020 se acerquen aún más personas. “La escalada va a ser deporte olímpico en Tokio y creemos que si la gente lo ve por la tele a lo mejor se entusiasma”, dijo Silva.
Si uno se siente listo para dar el paso y experimentar la escalada en altura, hay lugares en Uruguay para practicar el deporte. Las Sierras de Mahoma, en San José, tienen un estilo similar al del boulder y a lo mejor el deportista no requiere de tanta adaptación. Como circuitos más complejos están las Grutas de Salamanca y el Cerro Arequita.
El costo que implica ser escalador varía según el equipamiento que se elija comprar. Un casco puede tener un costo de US$ 30 y unas zapatillas económicas cuestan US$ 50. Lo más caro es la cuerda que vale más de US$ 100. En el caso del boulder no se necesita ni casco ni cuerda porque todo el piso del gimnasio está repleto de colchonetas para amortiguar las caídas. Tampoco de nadie que sostenga cuerdas, por lo que uno lo puede practicar en soledad.
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