“La idea fue montar una planta pensando en la exportación, para lo cual es necesario sumar esfuerzos. Elegimos este lugar, donde antepasados transitaron por la olivicultura y la citricultura, y sabíamos que nos íbamos a equivocar” asegura Franchi, quien hasta hace poco fuera un alto ejecutivo de una empresa de servicios médicos. “La planta está diseñada para producir o elaborar el producido de 500 hectáreas y es lo que estimamos que Salto va a lograr tener en no más de tres años” asegura. En la finca hay plantadas unas 110 hectáreas, pero están en proceso de plantación de otro tanto para otros grupos de inversores. Apuestan por un producto de calidad que ya están comercializando desde hace dos años con la etiqueta Olivares Salteños. Ya hemos tenido dos producciones muy buenas, señala Franchi, salvo la de este año que por motivos climáticos, asume. Su almazara “boutique”, ubicada en la ruta nacional Nº 3 a casi 500 kilómetros de Montevideo, procesa aceite extra virgen, utilizando maquinaria de origen italiano marca Pieralisi. La capacidad de producción es de 1.200 kilos/hora. Además del aceite regular tienen tres propuestas saborizadas: cítrico, ajo, y jalapeño.
En tres años el polo olivícola salteño quiere llegar a 500 hectáreas
Salto es un departamento conocido más que nada por su producción citrícola pero también tiene aspiraciones de convertirse en un importante polo olivícola. El emprendimiento Olivares Salteños, que empezó en 2004 y va por su tercera producción de aceites de olivas, planea ser el epicentro de esta actividad, alta demandante en mano de obra zafral, con productos de alta calidad. De esto conversamos con su director, Carlos Franchi, quien le tiene mucha fe a la zona, por sus características climáticas. Hoy producen 120 mil litros y para 2015 esperan llegar a 300 mil en su moderna almazara, que tiene capacidad para “sacarle el jugo” a 500 hectáreas de olivares.
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