En la mayoría de estos alojamientos grupales se ofrecen comidas a precios económicos por lo que son preferidos por los jóvenes y los más aventureros ya que esta forma de hacer “turismo” les permite conocer gente, hacer amigos y promueven noches en compañía de grandes grupos. Ideal para los que viajan solos o no conocen el lugar. En La Barra, desde el puente hasta la estación de servicio Ancap (unas 4 cuadras) contabilizamos media docena de hostales, todos a pocos metros de la ruta.
El verano “gasolero” de los más jóvenes… pululan hostales a un promedio de US$ 30 diarios
La nueva modalidad elegida por los más jovenes (y los extranjeros aventureros) son los hostales o albergues (para los más “vetes”). Este año explotaron en Punta del Este y los hay por todos lados. Pero como todavía hay cierto “vacío” reglamentario, los emprendedores aprovechan el filón en la zafra. Lo más común es que se alquile una casa, se pongan unas cuantas cuchetas en los cuartos y “voilá”… nació un hostal. La modalidad más utilizada para alquilarlos es a través de las redes sociales donde los comunican e incluso cierran la venta del servicio. Por ejemplo, una cama en un cuarto compartido con un mínimo de 6 personas se consigue por unos US$ 30 (promedio) la noche y hasta el 10 de enero no cabía prácticamente un alfiler. Algunos, como Rancho Azul, ubicado en zona de La Barra y establecido como tal, cuentan con piscina climatizada al aire libre y barra con música y tragos hasta altas horas de la noche. Como sería la cosa que la semana pasada hasta alquilaban las hamacas paraguayas para que pudieran quedarse los que insistían en hacerlo pese a que estaba completo.
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