El Registro Civil se transforma en epicentro de zona comercial nupcial
En torno al Registro Civil y a su actividad casamentera de a poco se ha ido consolidando una pintoresca microzona comercial temática en la peatonal Sarandí de la Ciudad Vieja. Primero vino el puestito que vende arroz coloreado para tirar a los novios, a 15 pesos la bolsita, justo frente a la puerta del registro. Y luego fueron apareciendo varios comercios “oportunistas” en la vereda de enfrente y en la esquina, que se prendieron a la movida nupcial. Si como buen uruguayo un novio dejó todo para último momento, a pocos metros puede resolver lo básico de una boda. Por ejemplo, antes de entrar a dar “el gran paso” puede hacer una discreta pasada por la joyería de enfrente y elegir los anillos, caminar dos pasos más y pasar por la casa de alquiler de autos y reservar coche para la escapada nupcial. En Porto Vanila la confitería de la esquina, tiene una opción rápida para encargar el servicio de confitería de la fiesta. Finalmente, puede irse tranquilo a dar el sí y para luego recibir la lluvia de arroz junto a su flamante esposa, rematando con un festejo con amigos y familiares en el boliche de la otra esquina.
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