La proporción de ejecutivos que marcó una mejora de la situación económica pasó de 32% en octubre a 11% en abril, al tiempo que aumentó de 14% a 32% el porcentaje que notó un deterioro (el 57% la evaluó “igual” a un año atrás). De esta forma, el saldo neto de respuestas (“mejor” vs “peor”) regresó a terreno negativo, al pasar de 18% en octubre a -21% en esta edición.
Sin embargo, cabe remarcar que el revés fue parcial, dado que las respuestas siguen siendo más favorables que las obtenidas en 2015-2016, cuando se había observado un deterioro sustantivo de las expectativas en un marco de freno abrupto de la economía. Los juicios respecto a la evolución del clima de inversiones también empeoraron frente a octubre. En efecto, el porcentaje de ejecutivos que lo evaluó como “peor” subió 18 puntos y se ubicó en 45%, mientras que apenas un 5% calificó al clima de inversiones como “mejor”. Así, el saldo neto de respuestas revirtió la tendencia de mejora de los últimos dos años y cayó hasta -40%.
Consistentemente, la valoración absoluta del clima de negocios se mantuvo en torno a los niveles más bajos desde que Deloitte comenzó a realizar este relevamiento en 2010. De hecho, menos del 30% de los consultados lo calificó de “bueno” o “muy bueno”.
Con este panorama, las expectativas económicas para el próximo año resultaron más pesimistas en esta edición. Si bien se mantuvo relativamente estable el porcentaje de ejecutivos que prevé que la situación económica permanezca igual (58%), aumentó a 30% la proporción que espera que empeore (15% en octubre) y cayó a 12% el porcentaje que aguarda una mejora (30% en octubre).
Así, por primera vez en dos años se obtuvieron más respuestas negativas que positivas.
Por otra parte, también aumentaron notoriamente las respuestas que apuntan a un deterioro del clima de inversiones en el próximo año, con el saldo neto de respuestas cayendo de -3% en octubre a -26% en abril.
Con respecto al PIB, los empresarios esperan, en promedio, un crecimiento del PIB de 2,1% en 2018. Aguardan también ese ritmo para el mediano plazo (“dentro de tres o cuatro años”). Dado que en octubre el crecimiento esperado para el mediano plazo había sido de 2,3%, la presente edición de la encuesta marcó un leve deterioro de expectativas y una reversión parcial a la tendencia de mejora que venía observándose desde abril de 2016.
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