Desde el pasado fin de semana, el gobierno departamental de Montevideo autorizó a los salones de fiestas y eventos a funcionar en “modo bar”, es decir, trabajar como si fuesen cafés, bares, restaurantes o casa de comida. Sin embargo esta medida, que sin duda busca ser un apoyo para uno de los rubros más perjudicados por la pandemia provocada por el COVID-19, es para la Asociación de Salones de Fiestas del Uruguay (ASFU) no solo insuficiente sino también irrisoria.
Según Javier Abal, presidente de ASFU, esta nueva resolución no solo era desconocida por el sector -que se enteró por la prensa de la decisión tomada- sino que tampoco alcanza porque, “por un lado, apenas un 10% del total de los locales podría funcionar en modo bar, mientras que por otro lado, nuestra experiencia es la de celebrar cumpleaños, casamientos o eventos sociales, no la de crear cartas o menús”.
Abal dijo a InfoNegocios que la situación cada vez se hace más insostenible, generando no solo complicaciones económicas sino también profundas angustias en todos los trabajadores del sector. “Esta industria -sostuvo el presidente de la asociación- reúne aproximadamente a unos 800 salones de eventos y fiestas -100 de los mismos forman parte de ASFU- e involucra directa e indirectamente entre 35.000 a 50.000 personas. Todas esas empresas y trabajadores, hace más de un año que están sin ingresos”, agregando que desde el comienzo de la pandemia la fecha “más del 15% del total de los locales bajaron cortina definitivamente”.
En una carta enviada la semana a Presidencia de la República, Abal sostiene que desde marzo de 2020 a marzo de 2021 se estima un cese de actividades de más de 4.000 eventos. “Se han postergado en todo el país -dijo Abal- unos 2.400 eventos sociales entre bodas y cumpleaños de 15 con permiso a más de 100 invitados. A esto hay que sumar 900 eventos empresariales, 600 eventos de verano, 500 eventos gastronómicos, de entretenimiento o deportivos… ¡Son pérdidas millonarias!”.
Para el presidente de ASFU sigue siendo inentendible que la actividad de los salones de fiestas y eventos esté asociada a los espectáculos públicos. “Lo dijimos hace un año -remarcó Abal a InfoNegocios- y lo seguimos diciendo. ¿Qué se entiende por espectáculo? Que alguien me lo explique… Que me diga qué tiene de público una boda o la fiesta por un cumpleaños de 15”.
En este sentido, Abal dijo que durante este de mes de abril se habrían podido hacer unos 2.000 eventos, “pero ante una nueva disposición de prohibición de los espectáculos públicos por parte de las autoridades nacionales, no hay cómo salir adelante”, agregando que esto lo único que implica es tener que “frente a los gastos sin ingresos y la devolución de las señas”.
Se trata, puntualizó el presidente de ASFU, de “una pérdida mínima de 60.000 jornales de trabajo”, una cifra que analizada desde otra perspectiva -las de las personas que contratan los servicios-, se transforma en miles de miles de ciudadanos que buscan hacer una actividad recreativa, social o familiar en un entorno seguro y con protocolos que termina realizando la misma actividad sin ninguna seguridad y permiso.
“¿Alguien cree que la gente no se junta igual en una casa o en un bar? -dice Abal- Pues sí lo hace. Es lo que sucede cada vez que deciden cerrarnos y no solo nos quita el trabajo, sino que se pierde la posibilidad del correcto control”.
El presidente de ASFU finalizó diciendo que, entre muchos reclamos, el más inmediato que están pidiendo es el de “la reapertura de nuestro sector, que trabajaba con un protocolo riguroso y que, hasta la fecha, no ha generado ningún contagio”.
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