SEG Ingeniería, empresa líder en el área de eficiencia energética y optimización de costos en la región desde 1996, acaba de publicar un informe acerca de la expansión de las bombas de calor en el mundo y cómo en Uruguay se comienza a percibir un creciente interés en este sistema, en especial durante este año en el que el costo de calefaccionar ambientes con calderas a gas natural se ha incrementado fuertemente.
En este último sentido, según los datos de SEG Ingeniería, a setiembre de 2022 el precio del gas natural para el sector residencial aumentó 53% en términos interanuales. “Si bien este encarecimiento obedece a motivos coyunturales -dice el documento-, asociados al incremento del precio del petróleo y del gas natural licuado (debido principalmente al conflicto bélico en Europa) muchos usuarios de gas natural para calefacción han experimentado importantes sobrecostos”.
Esto es lo que ha derivado en un creciente interés en métodos alternativos, como el uso de bombas de calor, así sea para hogares individuales como para calefacción central de edificios.
Según SEG Ingeniería, las bombas de calor constituyen un sistema de calentamiento de baja emisión de carbono cuya implementación generalizada constituye una tecnología sustantiva para la descarbonización de la calefacción. “Incluso -dice el informe- si se consideran las matrices de generación eléctrica actuales a nivel mundial, que cuentan con una alta participación de combustibles fósiles, se estima que el 96% de la demanda mundial para calentamiento podría satisfacerse con menores emisiones de dióxido de carbono mediante el uso de bombas de calor”.
Ya sea del aire, del agua o de la tierra, las bombas de calor utilizan electricidad para transferir calor de cualquiera de esto medios a un ambiente interior, vivienda o edificio, o para calentar agua. Y lo hacen con una gran eficiencia energética, por cada unidad de electricidad que consumen las bombas de calor entregan entre tres y cinco unidades de calor, esto es, tienen una eficiencia que va del 300% al 500%.
“Además -sostiene el documento de SEG Ingeniería-, ya que el calor que entregan proviene mayormente de fuentes ambientales inagotables, en promedio entre el 70% y el 80% de la energía entregada por una bomba de calor es renovable. En países con una alta participación de fuentes renovables como Uruguay, el uso de bombas de calor puede alcanzar una huella de carbono muy baja o nula”.
Según datos publicados por la Agencia Internacional de Energía, en 2021 había en el mundo cerca de 190 millones de unidades de bombas de calor. El 33% están en China, 23% en América del Norte, 12% en Europa, 27% en el resto de los países desarrollados y el 5% restante en países en vías de desarrollo.
“Durante 2022 -dice el informe-, en una coyuntura energética convulsionada luego de la invasión rusa de Ucrania, los países de la Unión Europea se apresuraron en reducir la dependencia de las importaciones de petróleo, carbón y gas de Rusia. El precio de instalación de una caldera a gas es menor, pero el aumento del precio del combustible ha hecho más competitivos los repagos de las bomba de calor y, en consecuencia, la demanda europea de bombas de calor despegó”.
¿Pero qué pasa en Uruguay? Aquí, a los efectos de promover la instalación de esta tecnología en edificios, UTE está ofreciendo bonificaciones tarifarias en la potencia contratada durante 10 años a sus clientes. Estas bonificaciones se suman a los beneficios que otorga el Ministerio de Industria, Energía y Minería a través de los Certificados de Eficiencia Energética, que constituyen un incentivo monetario para quien realice este tipo de inversiones, y cuyo monto puede alcanzar hasta el 30% de la inversión realizada.
“Evaluaciones realizadas por SEG Ingeniería -señala el informe-, muestran que a las tarifas actuales del gas natural para edificios en Uruguay, los ahorros de costos de energía para calefacción, son del orden del 70%. El período de repago de las inversiones para instalar bombas de calor ronda los 24 meses”.
Dicho en términos más concretos, el costo por calor transferido para distintos sistemas de calefacción central en edificios con losa radiante en Uruguay -medido en $ por cada 1.000 kCal-, muestra que en medianos consumidores, con bomba de calor el costo es de $ 1.84, mientras que con una caldera de fueloil ese mismo kCal da un costo es $ 5.10, de supergás $ 6.44, de gas natural $ 7.75, de queroseno $ 8.19 y una caldera de gasoil $ 8.87.
El intenso crecimiento de la instalación de bombas de calor, antes y después de la pandemia, presagia -según SEG Ingeniería- un futuro de expansión para la tecnología. En este sentido, el experto en eficiencia energética y especialista en tecnologías de calefacción, Jan Rosenow, afirmó que “estamos apenas al comienzo de una curva que aumentará en los próximos años, y aumentará rápidamente”.
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