A 60 años de la creación del código de barras (¿hora de jubilarlo?)

(Por Eduardo M. Aguirre - @EduAguirre) Recuerdo que siendo muy niño escuchaba una conversación en la cual una persona contaba su experiencia de un reciente viaje a EE.UU y destacaba el asombro que le había causado la forma en la cual le cobraron su compra en un súper, donde el cajero no tipeaba el precio de cada producto. Utilizaban códigos de barras y aquí ni noticias había de ellos. La empresa que los creó, GS1, está de merecido festejo.

A ver quien recuerda cómo era pagar un changuito lleno de mercadería en un supermercado antes de que existieran los códigos de barra. Cada producto (sí, sí, todos y cada uno de los productos del súper) tenían pegados una etiqueta con el precio (con lo cual había empleados que tenían una etiquetadora de mano e iban marcando -y remarcando en etapas inflacionarias- por todas las góndolas). Luego el/la cajero/a tipeaba en su máquina registradora el precio e iba ingresando la suma de cada producto. La llegada de los códigos de barra al retail fue un cambio radical.
Claro que hoy ya querríamos haberlos jubilado y contar con changuitos inteligentes que mediante -por ejemplo- identificación por radio frecuencia (abreviados como RFID) nos vayan diciendo la suma total de todo lo que vamos poniendo en su interior y que al llegar a la caja ya sepamos el monto de lo que tendremos que pagar sin tener que pasar por el lector de código de barras (con la pérdida de tiempo que conlleva). Seguramente pronto lo veremos.
Mientras tanto no está de más rendirle un sentido homenaje a las rayitas blancas y negras que revolucionaron la logística en todas sus escalas.
Pero veamos qué tienen para decir los amigos de GS1, la empresa que los creó: “Hasta 1952, los supermercados y las tiendas de ropa de Estados Unidos debían llevar la cuenta manual de las compras de los clientes y debían hacer recuentos de stock constantemente. Esto cambiaría radicalmente después del 7 de octubre, día en que se patentó el sistema de código de barras. Sin embargo, su uso comercial demoró todavía dos décadas más hasta que se comenzara a implementar la tecnología para la captura automática de datos, llegando recién en la década de los 70 a implementarse en algunos supermercados”.
Desde GS1 señalan además que luego vendrían las versiones circulares y hexagonales, y más tarde los códigos bidimensionales. La última innovación fue el código QR (del inglés Quick Response o "respuesta rápida"), un código de puntos que contiene muchísima más información que la combinación de rayas tradicional y que están siendo utilizados en comunicaciones, identificación y gestión eficiente de publicidades para el sector de  comunicación masiva y en Argentina, hasta están siendo utilizados por la Afip para exponer los datos de los contribuyentes en sus locales comerciales.

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