Aquello, tercer disco de Jaime Roos, realizado en Francia en 1980 y editado en Uruguay en 1981, inaugura una trilogía cancionística no premeditada que se completa con Siempre son las cuatro (1982) y Mediocampo (1984).
Este álbum, de aire sofisticado y onírico ya desde la carátula, está marcado por las vivencias de Roos en el ambiente multicultural de París y Ámsterdam y su vinculación con el mundo intelectual de exiliados y expatriados latinoamericanos en esas ciudades a fines de la década del 70.
En 1977 Jaime había editado su primer álbum Candombe del 31, grabado entre París y Montevideo. En su segundo disco Para espantar el sueño, lanzado en 1978 por el sello francés Atmosfera, experimentó con formas musicales abiertas, apelando más a las texturas y los trances que al clásico esquema de verso y estribillo. En Aquello retomó la orientación hacia la canción pop beatle de su primera obra, aunque desarrollando nuevas ideas y estructuras musicales, expandiendo notoriamente su paleta sonora. Esto puede apreciarse en temas como “Viviendo”, “Entonces”, “Flamenca Real”, “Tu laberinto” o “Milonga de la guarda”, con arreglos particularmente elaborados que manejan una gran cantidad de información musical y letrística, fusionando además variados universos estilísticos. Contó para ello con la asistencia del prestigioso ingeniero de sonido Bruno Menny y un excelente y cosmopolita plantel de músicos entre los que se destacan los argentinos Osvaldo Caló (tecladista del octeto electrónico de Piazzolla) y Juan José Mosalini (bandoneonista de las orquestas de Pugliese y Piazzolla), los franceses Emmanuelle Parrenin (artista folk de culto) y Benoît Widemann (tecladista de la legendaria banda progresiva parisina Magma), el músico norteamericano de free-jazz Paul Stocker, el percusionista uruguayo Jorge Trasante y los inimitables autores y cantantes José Carbajal “El Sabalero” y Roberto Darvin.
No resulta nada contradictorio que complementando toda esa sofisticación multicultural, Roos se internara en este disco por primera vez en estilos de neta raíz popular uruguaya sin fusionarlos con sonidos contemporáneos internacionales, creando canciones como “Aquello” (un candombe con aires tangueros, interpretado magistralmente por José Carbajal) y “Los Olímpicos” (su primera canción de murga “vieja escuela”), que serían además sus primeros éxitos. Es muy curioso que dos de los temas más emblemáticos del cancionero nacional hayan sido compuestos entre Ámsterdam y París y registrados en un estudio en Normandía.
Pese a ser muy distintos entre sí, los tres discos de la mencionada trilogía no buscada tienen en común la apuesta por canciones con una estructura más ligada al pop, la experimentación tímbrica, y la diversidad estilística universal combinada con una búsqueda de raíces populares uruguayas. Los dos trabajos posteriores fueron más difundidos y conocidos que este álbum europeo; pero Aquello -considerado por su autor como la primera obra madura de su discografía- es quizás el que terminó de consolidar la personalidad artística de Roos.
Bajo el sello Bizarro, Aquello es un álbum extraño y atemporal, cosmopolita y a la vez intransferiblemente uruguayo, que mantiene su belleza inalterada.
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