El ser humano pierde agua cada día cuando va al baño, cuando suda e incluso cuando respira. A su vez, cuando hace mucho calor o hacemos ejercicio, o si tenemos fiebre, vómitos o diarrea, se da una pérdida más rápida de agua.
Según lo que recomiendan los profesionales, una persona debe consumir normalmente entre uno y dos litros de agua por día para reponer aquellos líquidos que son consumidos por el organismo. Una persona presenta la sensación de sed cuando el organismo manda señales al cerebro para concientizarlo de que ya presenta un estado de deshidratación, por lo cual es siempre recomendable consumir líquidos incluso cuando no se tiene sed, para evitar llegar a esto.
Compartimos con ustedes algunas sugerencias para adquirir en el día a día y estar permanentemente hidratado:
- Tené la costumbre de tener una botella de agua contigo durante el día. Llevá encima una botella de agua reutilizable y llenala cada vez que tengas oportunidad.
- Si querés darle un poco más de gusto, agregale al agua una rebanada de limón o alguna otra fruta.
- Asegurate de beber agua antes, durante y después del ejercicio.
- Si tenés problemas para recordar beber agua, hacelo en base a un horario que fácilmente recuerdes. Por ejemplo, tomá agua al levantarte; en el desayuno, almuerzo y cena; y cuando te vayas a dormir. O un pequeño vaso de agua al inicio de cada hora. ¡De la manera que más te sirva para no olvidarte!
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