Del total de bebidas alcohólicas, 60% se concentra en cervezas, 30% en vinos y el restante 10% es compartido por toda una larga lista de categorías donde conviven ron, güisqui, aperitivos y hasta el fernet.
CCU tiene entre sus marcas más fuertes a Heineken (de hecho son accionistas de la compañía), Budweiser (paradójicamente del grupo que controla Quilmes) y una marca propia como Imperial. Precisamente esta etiqueta es la que utilizan para la diversificación de propuestas: Lager, Amber Lager, Cream Stout, Stout Ale.
Además, tienen en su cartera a Salta, Santa Fe y Córdoba, tres marcas que andan muy bien en sus respectivos mercados, aunque a la última la tengan medio abandonada: “Es cierto que no estamos haciendo campaña con Córdoba en los últimos años, pero es una marca muy importante que en esa provincia tiene 11% del mercado. De hecho, Cerveza Córdoba mueve 175.000 hectolitros al año, mientras que una marca premium y mundial como Corona ronda los 100.000 hectoligros”, ejemplifica Barrale.
CCU apuesta a la sidra sin abandonar la cerveza (¿sabías que Córdoba vende más que Corona?)
El mercado de las cervezas es potente, pero está maduro y crece a un ritmo cansino: apenas un 1% al año. De toda la cerveza que se consume en el país, 73% corresponden a marcas de Quilmes, 23% a CCU y 4% a Isenbeck.
Consolidados en el segundo lugar, la gente de CCU apunta a la diversificación de su cartera: hace más de 5 años sumaron la distribución de Red Bull y desde 2010 apuestan fuerte al mercado de la sidras donde con marcas como Real y La Victoria ya tienen un 44% del share.
“La sidra es una categoría en rápida expansión en EE.UU. y Europa -explica Juan Pablo Barrale, de CCU-; el desafío es desestacionalizar el consumo, porque la sidra tiene instancias de disfrute similares a la cerveza... seguí leyendo, hacé clic en el título.
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