Hace unos años atrás, una firma muy conocida de lencería, publicaba una pequeña encuesta nacional, donde las cordobesas quedábamos en cuarto lugar detrás de las porteñas, mendocinas y rosarinas respecto del porcentaje que ocupa en nuestro presupuesto anual la compra de ropa interior fina.
La verdad es que quedé sorprendida con el bajo nivel que invertimos en mejorar y tener actualizado nuestro ajuar íntimo. ¿Por qué destinamos tan poco a este consumo?; Gasto que en realidad debería ser incluido en el rubro inversión por la contrapartida que puede generarnos; y creo que justamente allí radica el problema, en la clasificación que le damos al desembolso.
En la galería que seleccioné, encontrarán varias marcas que apuestan por diseños retros y con mucho glamour. Con un proceso de producción casi artesanal, donde utilizan sedas, encajes, satenes italianos y puntillas combinados con spandex, logrando la dupla perfecta: conjugar la prenda intima cómoda y a la vez sexy, algo que antes era impensado.
Así es que les dejo una linda vidriera de propuestas interesantes, para elegir al momento de hacer esa pequeña inversión que seguramente nos levantará mucho la autoestima, más que varias sesiones de masajes linfáticos y anticelulíticos. Vamos, las invito a repensar la lista de gastos y cambiar el orden estratégico de algunas cuentas, no se van a arrepentir.
Tu opinión enriquece este artículo: