Nadie puede confirmar que un buen packaging hace la diferencia cuando el consumidor llega a ese momento de decidir o no la compra de un producto, pero sin duda que cuando ese packaging tiene detrás un desarrollo pensado para contribuir a un futuro más sostenible, el consumidor debe saberlo para ser parte así de una cadena de economía circular que no solo beneficia a él sino a todos.
En este sentido, vale la pena señalar y saber que la empresa uruguaya ATMA, con una trayectoria en la industria del plástico de 75 años, se ha convertido en pionera y líder en su estrategia de economía circular no solo por promover un uso sostenible y amigable con el medio ambiente de sus productos, sino también por diseñar, fabricar y distribuir envases con la más avanzada tecnología.
Por ejemplo, según explicó Agustín Tassani a InfoNegocios, la compañía incorporó para sus envases “lo que se conoce como etiquetas in mold, una tecnología enfocada en la sostenibilidad de la cadena que trae importantes ventajas”.
El gerente de Operaciones de ATMA remarcó que “el etiquetado in mold es una técnica de decoración de productos plásticos que consiste, fundamentalmente, en colocar una etiqueta de polipropileno dentro del molde de inyección y luego se inyecta el plástico. El material se fusiona con la etiqueta y, durante el proceso, toma la forma del molde”.
El resultado de esto es que el envase y la etiqueta se convierten en un solo producto, pues ambos están hechos del mismo tipo de plástico.
Este proceso, además de ser mucho más eficiente ya que produce las piezas ya decoradas en un solo proceso, contribuye como ya se dijo a una mejor economía circular, generando productos amigables con el ambiente, de un solo material y 100% reciclables, sin necesidad de ningún proceso de separación previo a su reciclaje.
“Una vez que terminaron el contenido del producto, los consumidores pueden usar nuestros envases otra vez, así como están –señala Tassani–, porque como la etiqueta perdura, su reutilización en usos domésticos es lo más lógico que suceda”.
Un punto interesante que el gerente de Operaciones de ATMA señala a InfoNegocios es que las empresas tienen que ver en este sistema de etiquetas in mold una oportunidad para desarrollar su branding, ya que para Tassani “la marca del cliente acompañará al envase en todos los usos posteriores que le den las personas”.
“Y, si los deciden reciclar, como el envase y la etiqueta son del mismo material, el proceso es más sencillo”, agregó.
Ventajas del etiquetado in mold
Según Tassani hay, al menos, cinco ventajas que son las principales en este tipo de tecnología: tiempos y costos de producción menores, calidad de impresión, versatilidad del diseño, reciclable y resistente e higiénico.
“En el primer caso, el almacenamiento de envases en blanco para su posterior etiquetado deja de existir –sostiene Tassani–, porque la decoración forma parte del proceso de producción del contenedor y se eliminan los costos de almacenamiento y de transporte para el etiquetado”.
En lo que se refiere a calidad de impresión, el gerente de Operaciones de ATMA remarca que las etiquetas pueden contener imágenes de alta resolución y se pueden decorar todos los lados del recipiente con una sola etiqueta.
“Un mismo producto –dice Tassani– puede ser etiquetado con diversos materiales, tintas y lacas. Se trata de un elemento diferenciador que permite diversificar de una forma rápida, sencilla y sin costo adicional, por eso su versatilidad”.
Al ser el envase y la etiqueta del mismo material, su reciclaje es más sencillo, ya que no es necesario separar ningún componente.
Por último, el etiquetado in mold resiste a la humedad y a los cambios de temperatura, ya que la etiqueta, al no ser un elemento individual, presenta mejores características técnicas que lo hacen ideal para productos congelados y refrigerados.
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