El informe afirma que las transferencias globales P2P a los países en desarrollo, que superaron el valor de la inversión directa extranjera en 2019, pueden lograr potencialmente lo que la ayuda oficial al desarrollo y la inversión privada directa no logran: las transferencias P2P hacen llegar de manera rápida y eficiente el dinero directamente a los bolsillos de los individuos, que lo utilizan para financiar una amplia gama de actividades económicas.
“Este ‘efecto remesa’ genera profundos beneficios para las economías en desarrollo, como la reducción de la pobreza y el aumento de la actividad económica. Además de ser motores de crecimiento, las transferencias P2P mejoran la conectividad al poner en contacto a personas de todo el mundo, de manera que contribuyen a la interdependencia económica, social y política interestatal, incluso cuando los gobiernos cierran las fronteras”, dicen en un comunicado.
“La investigación arroja más luz sobre la resiliencia de esta red global de interconectividad financiera y confirma lo que Western Union ha evidenciado repetidamente: Las crisis hacen que la gente esté más decidida a ayudar a sus seres queridos. Cuando los tiempos son difíciles en las economías en desarrollo, los remitentes de remesas se convierten en trabajadores de primera línea para la seguridad económica”, apuntaba Hikmet Ersek, presidente y director ejecutivo de Western Union.
Informe económico de Oxford: algunos datos clave:
Los flujos de remesas se emplean para satisfacer las necesidades específicas de los receptores en las economías en desarrollo. En comparación, la respuesta fiscal de los gobiernos y los flujos de ayuda oficial al desarrollo en el extranjero a veces pueden retrasarse y aplicarse de forma más superficial. Además, los gobiernos de los países en desarrollo tienen menos capacidad presupuestaria para apoyar sus economías.
Aunque el Banco Mundial estima que las remesas disminuyeron en un 7 % en 2020, este descenso será mucho menos grave que el previsto en el capital de inversión privado. La CNUCYD espera que la inversión extranjera directa en las economías en desarrollo disminuya entre un 35 % y un 45 % en todo el año 2020
Las remesas se multiplican a través de la economía de un país con una aportación de 0,40 centavos del PIB por cada dólar que llega.
El multiplicador de 0,40 centavos es comparable o superior a algunas estimaciones del multiplicador de la inversión extranjera directa o la ayuda oficial al desarrollo.
“Aplicado a los 548 000 millones de dólares de las entradas de remesas de los países en desarrollo en 2019, esto se traduce en un impacto directo en el PIB de estas economías de 219 000 millones de dólares.”, dicen
Las remesas tienen efectos a corto plazo en el producto nacional, ya que el gasto adicional se recibe como ingreso en otra parte de la economía. Sin embargo, los beneficios económicos completos de las remesas solo se obtienen a largo plazo debido a los efectos transformadores del aumento del gasto en educación, sanidad y otras inversiones.
Las remesas representan un seguro social para los hogares de los países en desarrollo.
A nivel microeconómico, las remesas benefician a los hogares receptores de los países en desarrollo, ya que proporcionan una fuente de ingresos adicional que ayuda a financiar gastos básicos, reduce la incidencia de la pobreza extrema, los protege de las crisis económicas y apoya la inversión a largo plazo en asistencia sanitaria y educación.
El peso mundial de las remesas está infravalorado, a pesar de ser la mayor entrada de capital extranjero en los mercados en desarrollo (excluyendo las exportaciones).
Los flujos de remesas son indispensables para las economías en desarrollo, ya que triplican la ayuda oficial al desarrollo. Según el Banco Mundial, las remesas a los países en desarrollo ascendieron a 548.000 millones de dólares en 2019, superando a la inversión extranjera directa para convertirse en la mayor entrada de capital extranjero (excluyendo las exportaciones) en los mercados en desarrollo.
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