Mariela Laudecina, 3 poemas 3
Australiano, 40 pirulos.
Ojos azules y piel dorada.
Lo conocí pidiéndole una lapicera
Se hospedaba en el hotel de la esquina de casa
Me invitó a salir como pudo
Sabía poco castellano y yo poco inglés
Pero nos entendimos; teníamos ganas de entendernos
Fuimos a bailar; bailaba bien
Nos besamos
A las seis nos fuimos a desayunar
y después lo acompañé al hotel
Me invitó a subir, y subimos; pero a la terraza.
Esperaba sexo
Erré
Me masajeó los pies un largo rato sin hablar
Permanecí callada
hasta que repitió que quería conocer el Himalaya
Andá, le dije
Al otro día me dejó flores con mamá
y una tarjeta con un poema
que hablaba del viento en mi pelo
Fue el primero y el único ramo que recibí en mi vida.
El blog de Emma Gunst.
Tu opinión enriquece este artículo: