El 3 de julio se celebra el Día de la Bioingeniería y el bioingeniero dado que, en esa fecha, en 1992, tuvo lugar la primera colación de egresados de la carrera de Bioingeniería en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Fueron los primeros ocho graduados en Argentina y Sudamérica, marcando un hito en la historia de la profesión.
A partir de ese momento, se reconoce cada 3 de julio el rol que estos profesionales tienen en la aplicación de la ingeniería a la medicina y la biología, destacando su contribución al desarrollo de tecnologías para la salud.
El bioingeniero es quien actúa como una especie de traductor y puente entre la biología y la ingeniería, diseñando y proponiendo soluciones innovadoras y sostenibles que mejoren la calidad de vida y sean amigables con el medio ambiente.
En el último tiempo, en el ámbito de la salud, la bioingeniería es, sin duda, el sector donde ha tenido mayor impacto.
“Su contribución se refleja en el diseño y desarrollo de equipamiento médico avanzado que mejora significativamente la calidad de vida de los pacientes”, asegura Luciana Lazarte, especialista clínica de productos de CSH, agregando que “estos dispositivos son cada vez más precisos, menos invasivos y están orientados a acelerar la recuperación, reduciendo el tiempo de hospitalización y mejorando la experiencia del paciente”.
Hacia la próxima generación de equipos médicos
La tendencia hacia la portabilidad y conectividad ha permitido el monitoreo remoto de signos vitales y tratamientos, facilitando una atención médica más continua y personalizada. A esto se suma la incorporación creciente de la inteligencia artificial en los dispositivos médicos
Sin dudas, la inteligencia artificial se posiciona como la tendencia más fuerte y demandada en el ámbito de la bioingeniería aplicada a la salud. Según comenta Pamela Juárez, representante comercial de CSH, “los equipos médicos de última generación están incorporando IA para potenciar las capacidades de diagnóstico, permitiendo una detección más temprana, precisa y automatizada de diversas patologías y asiste a los profesionales de la salud en la toma de decisiones clínicas más informadas”.
Otro avance clave es el desarrollo de biosensores de alta sensibilidad y su integración en dispositivos portátiles y wearables. “Estos dispositivos permiten un monitoreo continuo y en tiempo real del estado de salud del paciente, las 24 horas del día, facilitando la detección precoz de anomalías y el seguimiento personalizado de enfermedades crónicas, todo desde la comodidad del hogar”, explica Alfredo De Ludueña, especialista en Imágenes de CSH.
Entre las tendencias más prometedoras se encuentran también la robótica médica de precisión, utilizada tanto en cirugías mínimamente invasivas.
El papel de la bioingeniería para que la atención médica sea más accesible
Desde la mirada de De Ludeña, los aspectos de la bioingeniería más esenciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes son aquellos que logran una atención médica más eficiente, personalizada y menos invasiva, al hacer que la medicina sea más humana, accesible y eficaz.
El avance en tecnologías de bajo costo como biosensores y equipos portátiles permite que el monitoreo y control de enfermedades crónicas pueda realizarse incluso en zonas con recursos limitados.
A su vez, el uso de inteligencia artificial y sistemas automatizados reduce los tiempos de atención, los errores clínicos y los costos operativos en los centros de salud. También es importante destacar el desarrollo de plataformas de telemedicina y dispositivos conectados, que acercan la atención médica a poblaciones antes desatendidas.
De esta manera, concluye Lazarte, “la bioingeniería está impulsando una nueva generación de dispositivos médicos más inteligentes, accesibles y centrados en el paciente, marcando un cambio de paradigma hacia una medicina más preventiva, personalizada y conectada, brindando soluciones tecnológicas que respetan el cuerpo y los tiempos del paciente”.
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