Dolors Alberola, Pecado de la carne
“A ella no la quiero, pero la puedo amar después de todo.
Sé que os preguntaréis -¿A ella. No es, pues, una mujer
quien esto escribe?-.
Algunos miraréis con saña la primera partitura del libro.
Observaréis la firma y, parcamente, sin excesiva fuerza
sabréis como me llamo…”.
El blog de Emma Gunst.
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