Hay múltiples teorías que se utilizan en colorimetría, al momento de tener que elegir una gama o una paleta de colores para determinada presentación visual, pero en lo que respecta a imagen personal, utilizamos sólo dos, al momento de asesorar:
Una es la Teoría de la Piscología del Color, que detalla y relaciona a cada color con la percepción psicológica que hace nuestro interlocutor de él y también nos sugiere en qué momento se debe utilizar cada uno de ellos, para lograr dar el mensaje que estamos buscando transmitir.
De esta manera podemos intuir que al utilizar determinados colores, estamos transmitiendo:
Rojos: inteligencia, valentía, sensualidad, audacia.
Amarillos: superioridad, brillantez, energía, persona muy activa.
Verdes: pasividad, naturalidad y esperanza, pero a la vez denota una persona tenaz.
Negros: dependerá del evento y las causas, es un color ambivalente puede transmitir: poder y elegancia o por el contrario debilidad, austeridad, hermetismo, misterio.
Grises: austeridad, neutralidad, confiabilidad, persona equilibrada y organizada.
La segunda es la Teoría de las 4 Estaciones, donde relacionamos a las personas por sus características físicas, su color y tonalidad de piel, ojos y cabellos a las estaciones del año.
Se divide la paleta en colores fríos y cálidos, y dependerá a qué estación respondamos, qué gama nos conviene utilizar para iluminar y dar calidez a nuestro rostro y cuáles no es conveniente que utilicemos porque lo opacarán y lo harán ver deslucido.
En la galería de fotos, les dejo algunos ejemplos para tener en cuenta a la hora de elegir qué color utilizar en determinadas ocasiones y en relación a nuestras características físicas.
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