Tolkir busca salir de la zafra y darle estacionalidad a la empresa, que actualmente tiene picos de ventas muy altos en el día del niño y navidad. Por eso están en proceso de explorar nuevos rubros e incorporarán, por ejemplo, artículos para bebé.
Jorge Fernández, exoficial de la Armada Nacional, que hace más de 20 años decidió explotar su perfil comercial. Hoy tiene tres empresas y los directores generales son miembros de su familia. Federico Fernández, su hijo, comenzó ayudando en la empresa de su padre que se especializa en camping y pesca; luego empezó a trabajar en el depósito de Tolkir y hoy es el gerente general. Su padre asegura que si hoy en día tuviera que elegir a alguien en el mercado uruguayo para dirigir la empresa, sería él.
En este momento la empresa se encuentra en una etapa de reestructura. Las nuevas reglas que plantea la tecnología obligan a desarrollar nuevas unidades de negocio. Si bien los juguetes son el corazón de la empresa, deberán hacer otra división para artículos de bebé que llevará a un rediseño del organigrama.
La nueva situación del mercado también se da por el lado de los consumidores. El 80% de la mercadería proviene de oriente y otra parte es de Brasil y Estados Unidos, hoy en día el cliente está a un click de acceder a los productos y eso cambia la dinámica. El comportamiento del consumidor ha cambiado, ya no define una compra en la tienda. Las redes sociales y los e-commerce influyen en la decisión de compra. Es por eso que Tolkir se prepara para adaptarse a los cambios.
Un desafío que reconocen de cara al futuro es intentar a adaptar el rubro al mundo de hoy. Para importar un juguete luego debe someterse a controles del LATU y eso supone un costo para el comerciante y se ve perjudicado; si el consumidor opta por comprar un juguete por internet y que le llegue a la puerta de su casa puede ser más barato. Por eso esperan que en un futuro el país se adapte a esa realidad del mercado que es desigual para los comerciantes, que supriman o los impuestos o los controles para que todos se adapten a esta situación.
Como empresarios predicen que en los eslabones desde que la mercadería llega al distribuidor y al consumidor final van a ir desapareciendo actores para lograr un equilibrio y que la diferencia de precio entre el producto que el cliente quiere no sea tanta a la hora de elegir comprar en una tienda en Uruguay o en internet.
En las diferentes empresas trabajan distintos miembros de la familia, es por eso que se acercaron a la cámara de comercio que los derivó al centro de empresas familiares y optaron por asesorarse con un estudio para hacer un protocolo familiar. A diferencia de la mayor parte de los casos, fue una decisión que tomaron sin que se diera un conflicto. Luego de un proceso de dos años, que incluyó entrevistas a cada miembro de la familia, llegaron a un documento con una serie de reglas para que trabajar en familia les resulte siempre igual de armonioso que hasta el momento.
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