Marcel Burgos, quien actualmente se encuentra como director de la empresa, comenzó su carrera vendiendo productos en la feria ubicada en Tristán Narvaja y Paysandú. La búsqueda de locales significó todo un desafío para la marca y fue así que en mayo del 2003 consiguió abrir su primer local en el centro de Montevideo, más específicamente en la Expo Ejido.
Cuatro años más tarde se concreta la apertura del primer local en el interior del país. “Piriápolis nos ayudó a encontrar un público distinto. De ahí abrimos un local en Minas, dos o tres locales en Montevideo y conseguimos muchos clientes mayoristas”, cuenta Burgos. “Esos mismos clientes que nosotros les vendíamos de forma mayorista terminaron siendo franquiciados nuestros”, agrega.
En ese mismo año, José Luis de Cunto se transformó en socio de Marcel y aportó la pata fundamental para la mejora del desarrollo de sus productos. Este señor, que fabrica calzado desde los 15 años, creció trabajando en fábricas muy importantes del mercado uruguayo. Luego abandonó esta profesión para comenzar con otros negocios, pero por pedido de sus hijos, se vio obligado a retomar su pasión por el calzado.
Su trabajo era fabricar y ofrecer sus artículos a los comercios. Fue así que en la temporada del verano del 2006 se encuentra con Marcel, le ofrece una propuesta, que en ese momento era una pesuña para dama, y comienzan una relación que se convertiría duradera en el tiempo.
Comenzó diseñando y dedicándose a Marcel Calzados, hasta que en 2012 se unieron en una misma empresa familiar, en la que cada integrante tiene un rol asignado. Marcel Burgos se encarga de dirigir la empresa, José Luis De Cunto se ocupa del área de desarrollo, diseño y fabricación de producto, José Luis (hijo) tiene a cargo la parte de insumo, materiales y logística de producción, Ignacio (otro de sus hijos) del área logística inversa, es decir, de saber lo que se precisa y en qué momento.
Por su parte, Marta y Adriana, esposas de José Luis padre e hijo, trabajan dentro del área de administración y de fábrica de la empresa. Claudia, esposa de Marcel, se ocupa del área visual y de los cambios que se hacen semanalmente en la totalidad de los locales. Micaela, hija de Marcel, maneja las redes sociales, contesta las preguntas de los clientes y se encarga de la parte logística de los locales. Por último están Carolina y Nicolás, hijos de José, quienes no pertenecen a la empresa pero llevan adelante la fabricación de carteras.
Marcel y José Luis también mencionaron la situación económica de Marcel Calzados. “Este fue un año donde le hemos pegado muy duro al presupuesto de la empresa; fue un año complejo porque tuvimos que reestructurar todo”, cuentan. “Teníamos una gran ventaja y era que conocíamos muy bien nuestro mercado”, recuerda Marcel. Hoy, con todas las empresas mayoristas que llegan al país y la presencia de las redes sociales, la ventaja competitiva del mercado es más difícil de saberse. “El ojo de lo que está mirando el uruguayo en cuanto a producto lo tenemos menos nosotros que ellos”, agrega.
La diferencia de Marcel Calzados ante las empresas que llegan a Uruguay es que conocen muy bien a cada uno de sus clientes. “Trabajamos el vínculo con el cliente que nos permite conocerlo de punta a punta”, explica y agrega que quien está buscando un producto de la marca no piensa en un “use y tire”, sino en un producto que perdure en el tiempo.
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