Charquero trabajaba en una empresa familiar del mismo rubro con más de 50 años en plaza. Cuando se dio cuenta que no tenía más posibilidades de crecimiento, optó por fundar House Medical, empresa que comenzó a gestionar desde el comedor de su hogar. Aplicó los conocimientos que traía de su anterior experiencia laboral, pero empezó a comercializar productos diferentes.
House Medical se caracteriza por ofrecer productos de diversa índole, que van desde los 50 centésimos a los US$ 3.000. El 50 % de la facturación está representada por artículos médicos de uso descartable como jeringas, gasas, agujas y guantes. La otra mitad depende de equipamientos médicos importados desde Europa y Japón: balanzas, electrocardiógrafos y oxímetros de pulso, entre otros. La empresa vende sus productos tanto para hospitales públicos de Montevideo y el interior, como para mutualistas, clínicas privadas y médicos particulares.
“El uruguayo es muy apegado a su equipo y se aferra a él durante 60 años. Mientras funcione, lo usa porque sabe cómo funciona. Es la idiosincracia del uruguayo. Hay que luchar contra eso a la hora de vender. Hay que hablarle de los beneficios que da, sus posibilidades de uso, su precisión. Hay que contarle al posible cliente qué se hace en otros países, desarrollados y subdesarrollados, para mostrarles que la tecnología está al alcance de la mano y se puede usar acá”, dijo Paul Charquero a InfoNegocios.
La empresa tiene en sus planes mudarse, ya que el espacio que ahora ocupa —en donde tiene su depósito y sus oficinas administrativas— le está quedando chico.
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