Abrir las puertas de un negocio cada mañana implica mucho más que vender, operar o crecer. También implica proteger porque, en medio de un contexto marcado por desafíos económicos y un entorno cada vez más exigente, la seguridad se ha convertido en un pilar fundamental para la continuidad y sostenibilidad de las empresas, sin importar su tamaño o rubro.
Empresas grandes y pequeñas enfrentan amenazas que evolucionan constantemente como robos internos, hurtos externos, vulnerabilidades digitales y fallas operativas que, si no se gestionan a tiempo, pueden afectar seriamente la continuidad del negocio.
Según estimaciones recientes de Prosegur Security, del 10,5% de incidentes por vandalismo, robo o hurto que fueron reportados por sus clientes en el último año, el 92% se resolvió satisfactoriamente, cumpliendo con todos los protocolos establecidos.
El restante 8% se debió a casos en que el vigilante no se encontraba en la zona del siniestro, sino que lo reportó de forma remota, por visualización perimétrica de las cámaras de seguridad, dando aviso a la policía.
En este contexto, Prosegur Security propone cinco medidas clave que permiten a los negocios no solo defenderse, sino anticiparse: una combinación de análisis, tecnología, estrategia y cultura organizacional para transformar la seguridad en un activo tangible.
Primero, evaluación de riesgos personalizada por sector y ubicación; luego integración de tecnología avanzada; en tercer lugar control de accesos eficiente y trazabilidad; luego supervisión remota y respuesta inmediata 24/7; por último, capacitación y cultura de seguridad.
“La seguridad ya no es solo una reacción frente al riesgo, sino una herramienta estratégica para proteger el negocio, optimizar recursos y generar confianza. Las empresas que entienden esto no solo están más seguras, sino también mejor preparadas para crecer”, aseguró Pablo Camaití, gerente de Vigilancia de Prosegur Security Uruguay.