Hace poco menos de diez años, dos hermanos Ignacio y Agustín Palermo eran adolescentes y necesitaban plata para salir los fines de semana. Vivían con sus padres en una casa en Parque Miramar y los fines de semana almorzaban pizza, que amasaban los padres, con una receta heredada de la familia y horneada en un pequeño horno a barro que tenían en el fondo. Esas pizzas, que también comían amigos y allegados, empezaron a adquirir cierta fama, por lo rica, por lo distinta.
Los hermanos empezaron también a amasar y un día, probaron congelar esa pizza, y vieron que les quedaba bien. Así que empezaron a vender de cuatro, cinco pizzas, para hacerse unos pesos para sus gastos.
“Ahí arrancamos, comprábamos primero en el Macro y con lo que nos quedaba de plata volvíamos a comprar y el resto lo gastábamos para salir los fines de semana”, recuerda Ignacio Palermo.
Repartían las pizzas en una heladera de espuma plast, según recuerdan. El próximo paso fue hacer una pequeña reforma en el fondo para una cocina chica. Aunque tenían distintas actividades los hermanos también empezaron a estudiar gastronomía. Y se les unió el tercer socio, chef y amigo, Federico Faral.
Luego fue perfeccionar el proceso de congelado, para el que adquirieron máquinas de frío más sofisticadas. Construyeron otro horno de barro, más cámaras de frío y leudados lentos en frío por 48 hrs y también empezaron a incursionar en masa madre.
“El producto se defendió solo, la calidad fue lo más importante y el boca a boca”, explica Palermo. A los productos mencionados también se les sumaron comidas de olla congeladas como cazuelas, etc.
Actualmente tienen 15 personas trabajando y 5 puntos de venta, dos en Pocitos, dos en Carrasco, uno en Punta del Este, además de su mostrador principal, que está en la casa familiar, en Queguay 8026, Parque Miramar. Y hacen repartos a domicilio.
Producen y venden cerca de 2 mil unidades por semana, entre las que se encuentran pizzas, fainás, tartas y paquetes de 10 empanadas. El objetivo de este año es encontrar más puntos de venta (ya tienen casi confirmados dos o tres más).
Además, desde hace no tanto, empezaron a incursionar con fuerza en servicio de catering y
recientemente por ejemplo, hicieron el servicio para un casamiento de 450 personas con distintas mesas mediterráneas de sushi, pinchos, tapas y otras cosas que elaboran.
“Nuestro objetivo es seguir desarrollando los congelados y enfocarnos también en el catering”, dicen.