¿Por qué ocurre esto? Los valores inmobiliarios han acompañado la evolución de los precios internos en dólares. Incluso cuando en pocos años se duplicaron en dólares, eso mismo acontecía con los salarios, medidos en esa moneda.
“Si ahora ingresamos en un proceso sostenido de deflación en dólares, no hay razón para que el valor de los inmuebles vaya a contramano del resto de los precios de la economía, incluidos los salarios. Lo que está aconteciendo ahora mismo, es que los valores inmobiliarios en dólares, que durante años no pudieron crecer en el mismo % que la inflación en esa moneda, están intentando recuperar, en este inicio deflacionario, algo del rezago acumulado”, explica Villamide.
No obstante, la recuperación no es sostenible a largo plazo, ya que los valores firmes en dólares, están significando subas muy altas en Unidades Indexadas, en un momento en que el ingreso de las familias está estancado. De esta forma el valor de las viviendas tiende a separarse cada vez más de la capacidad de pago de los consumidores.
Según Villamide, el mercado sigue teniendo movimiento porque “las zonas de clase media son las que sostienen el mercado, ya que la venta de unidades promovidas por la Ley 18.795, no paran de crecer y en Montevideo ya representan la mitad de la venta total de unidades nuevas”.
Los fundamentos del mercado inmobiliario se han deteriorado en los últimos meses y potenciado con la caída del crédito hipotecario A esta coyuntura se le suma además el estancamiento del ingreso de las familias, aumenta el desempleo y el nivel de confianza de los consumidores está en mínimos de los 15 últimos años.” Los nuevos proyectos reflejan este nuevo escenario más recesivo. La esperanza está puesta en la recuperación de la economía argentina y su impacto en la economía local”, sostiene Villamide.