Según nos contó el desarrollador de negocios de Mercadolibre, Gustavo Degeronimi, al momento, el e-commerce representa un 4% del retail total en Uruguay, mientras que, en Estados Unidos esta cifra se posiciona en el 7,5% por lo que Uruguay tiene aún bastante camino por recorrer en el mundo virtual.
“Todos coinciden en que habrá un crecimiento de entre el 30% y el 40%”, estimó Degeronimi y determinó que estos porcentajes no se verán en el comercio tradicional.
Con la crisis del retail, los márgenes se reducen y los costos aumentan, y trasladar estos costos al consumidor puede implicar que la compra jamás se concrete, por lo que el canal de e-commerce —que implica una inversión menor —es en una alternativa óptima para los vendedores que apuestan a mejorar la eficiencia y la experiencia de venta.
“En Uruguay tiene mucho mejor retorno poner un dólar en e-commerce que ponerlo en el retail tradicional”, aseveró Degeronimi. Mercadolibre es el principal actor del e-commerce local y recibe unas 500.000 visitas diarias.
A pesar de este escenario favorable para el comercio virtual, los medios de pago aparecen como una complicación que puede entorpecer al trabajo de quienes apuestan por esta tendencia.
Según explicó el presidente de la Cámara de la Economía Digital del Uruguay (CEDU), Marcelo Montado, el e-commerce contempla la totalidad del proceso de compra, desde la elección del producto hasta la recepción del mismo, a través del medio online.
Según una encuesta realizada por Grupo Radar, los uruguayos eligen los productos a través del sitio web pero el 58% los paga personalmente, y solo un 22% utiliza tarjetas de crédito o débito para abonar su compra de forma virtual. Por otra parte, un 11% hace uso de redes de cobranza como Abitab o Redpagos, un 4% utiliza PayPal (para compras internacionales), un 3% depósito bancario y un 3% otros medios de pago. “Esto genera un falso e-commerce”, apuntó el desarrollador de negocios de Mercadolibre.
Otro de los grandes dramas de los medios de pago recae en el lento desarrollo de la inclusión financiera. Esto se manifiesta en el 49% (900.000 personas) que no poseen al momento tarjetas de crédito, además el 27% (500.000 tiene tarjetas internacionales y el 24%, nacionales. En este contexto los expertos apuestan a trabajar en conjunto para optimizar el servicio y hacer que el proceso de comercio electrónico pueda desarrollarse de forma plena.