Las estimaciones del Banco Central indican que el consumo privado creció 4,5% en el cuarto trimestre de 2021, la cifra interanual más alta de los últimos años. Este incremento se explica por un efecto rebote debido a la mayor producción en el cuarto trimestre de 2021 de servicios que estuvieron afectados durante la pandemia -en el cuarto trimestre de 2020-.
Luego de este impulso del cuarto trimestre de 2021 es importante entender que podría suceder con el poder de compra de los hogares durante 2022. Con incrementos de salarios nominales ya definidos en la novena ronda de salarios, la evolución del salario real dependerá de los correctivos y de la inflación. Como en cualquier proceso indexatorio, el poder de compra irá “detrás” de la inflación, generando “ruido” en las decisiones de compra de los hogares.
Las expectativas de inflación para 2022 de los inversores financieros (implícitas en el diferencial de los rendimientos en los instrumentos en pesos y en unidades indexadas) se ubican por encima del 8%, y cuando conozcamos las expectativas de inflación relevada por el BCU, también veremos una inflación esperada entre 7,5% y 8%.
De acuerdo a un relevamiento realizado por PwC entre 169 acuerdos colectivos, 73 de los mismos tienen previsto uno o dos correctivos durante 2022. El efecto de los correctivos puede ser de magnitud en tanto la inflación esperada para el periodo de vigencia del año julio 2020 – junio 2021 era de 5,5%, una cifra que parecería alejada de lo que será la inflación efectiva en ese periodo.
Por:
Ramón Pampín, gerente de Consultoría Económica de PwC Uruguay.