La práctica legal está atravesando una transformación profunda. Los agentes de Inteligencia Artificial (IA) ya no se limitan a automatizar tareas simples: hoy interpretan contratos, analizan riesgos regulatorios y sugieren estrategias jurídicas. Esta evolución, que parecía lejana, ya es parte del presente en estudios jurídicos y departamentos legales.
En este sentido, en el nuevo ecosistema de inteligencia artificial en el ámbito legal se divide se pueden diferenciar dos tipos de agentes: generalistas (asistentes de investigación o análisis de datos) y especializados (entrenados para tareas concretas como la revisión contractual o el análisis de riesgos regulatorios). La clave no está en elegir “el mejor”, sino en integrar estratégicamente el que se adapte de manera más efectiva a cada necesidad.
Es por ello que, la incorporación de IA en el ámbito legal exige una hoja de ruta clara: comprender las tecnologías disponibles, preparar a los equipos, gestionar riesgos y adaptar el marco regulatorio. En este sentido, esta transformación está dejando de ser una tendencia pasajera, para pasar a ser una evolución estructural que redefine el rol del abogado.
Ante este escenario, los agentes de IA no vienen a reemplazar al profesional legal, sino a potenciar sus capacidades, en el marco de un un entorno cada vez más dinámico. Es así como su adopción estratégica será clave para enfrentar los desafíos del futuro.
Mario Ferrari Rey, socio de PwC Uruguay líder de la práctica de Legal.