En representación de MCM Consultores e invitado por la financiera Puente, Schneider llegó a Uruguay para contar en un evento en Kibón sobre el posible escenario que le depara a Brasil y cómo esto podría impactar en nuestro país.
Aún no está definida la fecha de la votación del Senado sobre el futuro de Dilma Rousseff, aunque se habla que será una vez culminen los Juegos Olímpicos, en la última semana de agosto. Se necesitan 54 votos para la destitución y al parecer se obtendrían 55, si bien no es un escenario seguro, desde MCM creen que Temer se convertirá en el próximo presidente pleno de los brasileños.
En base a esta gran hipótesis, Schneider explicó que el nivel de gobernabilidad será alto —aunque vulnerable por su baja popularidad e involucramiento en los problemas de corrupción de Petrobras —, debido a que ya se ha visto un aumento del apoyo empresarial porque el presidente interino atrajo buenos nombres al equipo económico. La agenda que propone este equipo se basa en dos grandes pilares: por un lado en los cambios en la política económica, que son independientes del Congreso, y por otro las reformas a nivel fiscal y de previsión social, que sí dependen del Poder Legislativo.
Dentro del primer punto, Schneider destacó que Temer buscará ajustes más liberales, volver a un ambiente de competencia y no de protección, con un nivel más bajo de intervención, lo que es totalmente lo opuesto que hacía Rousseff y evidentemente beneficiará a los países del Mercosur. “Los ajustes van a avanzar de forma significativa”, aclaró el experto.
En cuanto al segundo pilar, lo más importante será poder establecer un límite del incremento del gasto público y una reducción de su rigidez, ya que ha complicado las finanzas públicas del país. “También la previsión social, que tiene un gasto público muy elevado, muy por arriba de lo que ocurre en otro países. La esperanza de vida es más baja que en países europeos o de otros de la región, pero la previsión social en Brasil es más alto que en esos lugares. Es algo muy equivocado que es necesario resolver”, explicó el economista, y en ese sentido destacó lo importante que será para Temer y su equipo económico la capacidad de negociación.
Si bien hoy en día el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil está un 12% por debajo del promedio de en donde debería estar, y a pesar de que el desempleo ha subido del 6,5% al 11% (y probablemente escale hasta el 13%), MCM ve la luz al final del túnel. “A pesar de la crisis y del reemplazo de presidente, el volumen de la inversión extranjera se ha mantenido cerca de los US$ 80.000 millones, lo que da señales de que se sigue confiando en la capacidad del país”, aclaró Scheider.
Así, la economía brasileña empieza a dar señales tímidas para la recuperación en los próximos dos años, pero va a ser gradual y heterogénea, dijo el economista. Esto tendrá su impacto en nuestro país debido a la correlación que ha existido siempre entre las dos economías. “Quizás no haya correlación si en Uruguay hay inversión mirando el sector de automóviles en Brasil, por ejemplo, porque no veo la recuperación de todos los sectores de la economía brasileña. Pero yo diría que las noticias son buenas para Uruguay también, a pesar de que haya un tema de heterogeneidad que hay que tener en cuenta”, finalizó Schneider.