Por $ 9.500 tenés solucionado el falso juez de boda para tu casamiento

Casarse con un juez de paz por fuera de la oficina costaría alrededor de $ 18.430, mientras que un show hecho por un actor de boda rondaría los $ 9.500. Por ello, Antonio Felicini, quien trabaja de falso juez de boda desde hace tres años, presenta una nueva modalidad en ceremonias alternativas que se impuso en Uruguay con muchísima fuerza en el último tiempo.

Antonio Felicini se encargará de que su evento sea divertido y único desde el minuto cero”, explican en la página de casamiento.com.uy, donde se puede encontrar su perfil y las opciones que brinda.

A través de esta modalidad, la pareja podrá casarse en el registro civil y después él, como maestro de ceremonia, se encargará de recibirlos en el salón para que tengan una ceremonia divertida y no religiosa.

Hoy, son varios los motivos que llevan a las parejas a tomar la decisión de contratar a un juez falso de boda. El primero nace porque los novios quieren comenzar la fiesta con una ceremonia pero el juez de paz y el libro de actas no llegan al lugar donde quieren realizar la boda.

El segundo, porque buscan algo diferente para poder casarse con humor e historia. Y el tercer motivo es el dinero ya que, llevar un juez de paz a la ceremonia implicaría un gasto de $ 18.430.

Antonio Felicini sabe que las parejas buscan cosas distintas, innovadoras, que hablen de su estilo y personalidad, por eso crea estas ceremonias personalizadas que, desde el minuto cero, transportan a los novios y a los invitados, a dar un recorrido por la historia de vida que juntos hayan creado. Por ello, y para que su casamiento sea único, Felicini tendrá una reunión con los novios para poder conocerlos, hablar de su primera cita, de las anécdotas que tuvieron, y en base a eso construir un guión único y personalizado.

“Punta del Este es una gran puerta de entrada para el capital extranjero” (Lagom Asesores desembarcó en el principal balneario de Uruguay)

(Por Mathías Buela) La nueva casa ubicada en la calle Tenerife entre Louvre y Prado (justo detrás del Cantegril Country Club), se inauguró oficialmente el viernes 19 de abril y abrió sus puertas al público este lunes 23. Jonhatan explica que es un lugar ameno, una casa para recibir a los clientes como en casa, donde generar espacios de encuentro social.