Los primeros repulgues de Don Pedro fueron en 2007, en Ciudad de la Costa, donde está la casa central. Allí se hicieron las primeras empanadas de esta marca que, su mayor característica, es el tamaño: su peso promedio es de 115 gramos. Es decir, como dicen en la empresa, no solo es una empanada, es una Don Pedro, con muchísimo relleno y horneadas al momento.
Ahora, si bien el éxito del sabor de las empanadas de Don Pedro fue inmediato, recién generó una primera franquicia una década después, en Pocitos, a la que le siguieron después los locales de Malvín, Roosevelt y ahora Cordón, que abrió el jueves de la semana pasada sus puertas con una proyección de venta, según dijo Andrés Klappenbach a InfoNegocios, “de 6.000 empanadas mensuales”.
El director de Don Pedro remarcó que “la apertura de esta nueva franquicia, que se hizo a través del Estudio SVET, nos permite acercar nuestros productos a más personas y seguir satisfaciendo a nuestros clientes”.
Según Klappenbach, este nuevo local demandó “una inversión de US$ 30.000” y le brindará al franquiciado “una rentabilidad entre el 13% y el 15%”, generado fundamentalmente por el producto más fuerte de la empresa -que reporta casi un 90% de las ventas- que son las empanadas.
Klappenbach dijo a InfoNegocios que actualmente la empresa está alcanzando una producción mensual de 40.000 empanadas, “que sin duda aumentará ahora con Cordón y antes de fin de año con la apertura de otro local en el que ya hay interés”.
Si bien todavía no está definido el lugar para este sexto local, el director de Don Pedro señaló que los barrios con más posibilidades son Prado o Unión, “ya que una de las cosas en las que más trabajamos para decidir una nueva apertura es ver, primero, que los locales no compitan entre sí, y segundo que, como en el caso de Cordón, no haya una competencia clara con otros negocios gastronómicos”.
En suma, como en un buen repulgue, nada se puede escapar y todo se aprovecha. En eso está Don Pedro que sigue creciendo con sus más de 40 sabores.