Tal vez sin querer o queriendo, las redes sociales nos han llevado no solamente a detectar esa necesidad, sino también a alimentarla cada día un poco más. Estas plataformas se han empeñado en desarrollar herramientas para que alimenten y a la vez sacien esa nueva necesidad.
¿Se han puesto a pensar cómo sucedió esto?
Facebook comenzó preguntándonos ¿Qué pasa Fulanito?, llevándonos a expresar lo que pensábamos sobre X tema en ese momento, nos empezó a dar la oportunidad de subir fotos de lo que habíamos hecho (fotos que subíamos desde la computadora ya que los smartphones comenzaron a llegar un poquito después), a tener conversaciones con nuestros amigos públicamente de un muro a otro. Luego, con la llegada de los smartphones todo tomó otra dimensión y comenzamos a subir fotos de lo que hacíamos en el momento y es aquí cuando aparece un nuevo protagonista...
¡Instagram! No solo nos dio la posibilidad de subir fotos de donde estábamos y de lo divino o mal que lo estábamos pasando sino que además, nos dio la chance de jugar a los fotógrafos y sacar las mejores fotos. También nos dio la oportunidad de filmar videos... primero de 15 segundos, después de varios segundos, de un segundo o un timelapse. Y es aquí cuando suceden 2 cosas: Facebook compra Instagram por un lado y por el otro Instagram saca 3 herramientas: Layout, Boomerang e Hyperlapse.
Más tarde, llega Snapchat con una propuesta bastante innovadora: mostrarle a nuestros seguidores lo que estamos haciendo en videos o imágenes que tienen una duración máxima de 10 segundos y con el plus de sacarnos selfies o filmarnos con filtros para disfrazar nuestros rostros…
Y así, como de la nada empezaron a surgir plataformas que nos llevaban a transmitir en vivo lo que estamos haciendo: Facebook Live, Periscope (adquirida por Twitter), Meerkat, Live en las stories de Instagram y lo más reciente del momento, que si bien no se ha lanzado, ya está anunciado: Stories en Facebook, para mostrar aún más nuestra vida.
Todo es cada vez un poco más público y todos los días sentimos un poco más la necesidad de mostrar lo que hacemos, pensamos, sentimos. ¿Qué tanto existe nuestra vida privada? Vamos compartiendo intereses, gustos, actividades, datos personales todos los días sin darnos cuenta (y cuánto le sirven a la publicidad y a nosotros para poder dar con anuncios más acertados y menos molestos). Pero de eso se trata, ser parte del mundo de internet o “perdernos” de todo lo que en él sucede. Pero ¿realmente es perdernos? ¿Será que eso nos lleva a ganar otras cosas? Tratemos de hacer un buen balance, busquemos el equilibrio, por más difícil que nos resulte y será un win – win :)
Sofía Del Pino
@sofidelpi (cuenta de Twitter)
Directora de Social Media en PIMOD.